Por si fuera poco, estos programas suelen integrarse en los programas generales de estudios latinoamericanos o étnicos. Pero, si bien están relacionados, representan campos de estudio totalmente distintos. Los estudios latinoamericanos se enfocan en las personas que viven en esa región, no en los latinos que viven en Estados Unidos. A lo largo de la historia, la categoría también se ha reconocido y respaldado como parte de los intereses geopolíticos de Estados Unidos en los estudios internacionales. Como resultado, estos programas se han beneficiado de décadas de apoyo financiero.
La invisibilidad de los estudios latinx es dañina sobre todo para los estudiantes latinos, que son el sector demográfico de más rápido crecimiento en las universidades estadounidenses. Según un estudio sobre la raza y el origen étnico en la educación superior realizado por el Consejo Nacional de Enseñanza Superior, la matriculación universitaria entre estudiantes hispanos casi se ha duplicado en los últimos 20 años. El estudio también reveló que estos alumnos suelen inscribirse en instituciones en las que casi tres cuartas partes de todo el cuerpo docente a tiempo completo son personas blancas. El profesorado latino está concentrado en puestos de menor rango, como instructores, conferencistas o profesores adjuntos. Es más probable que los estudiantes de color vean a personas similares a ellos en cargos administrativos y de servicio que en las altas esferas del ámbito académico.
Incluso en instituciones públicas donde las personas latinas conforman más de una tercera parte del alumnado, la proporción promedio de estudiantes latinos y profesores latinos es de 146 a 1 y, en las instituciones privadas, es de 264 a 1. Los académicos especializados en estudios latinx también trabajan aislados de las disciplinas tradicionales. Por ejemplo, pocos forman parte de programas de posgrado en los que podrían instruir y capacitar a los nuevos profesionales que diversificarán todos los campos académicos y profesionales.
Hay investigaciones que muestran que, cuando estudiantes subrepresentados aprenden sobre su historia y cultura, tienen un mejor desempeño académico y se gradúan en tasas más altas. Cuando mis estudiantes se ven representados en sus lecturas se sienten empoderados y curiosos por aprender más.
La educación superior debe reconocer la centralidad que tienen los estudios latinx en todas las disciplinas y campos. Podemos empezar por contratar a académicos latinos en escuelas y departamentos, con un enfoque especial en los investigadores latinos de raza negra y de origen indígena. Tenemos que invertir en planes y programas de estudio que ayuden a orientar y apoyar a la próxima generación de profesores latinos. Debemos desafiar las disciplinas tradicionales que siguen reacias al cambio y cultivar los espacios interdisciplinarios, como los estudios étnicos, que han estado a la vanguardia de la innovación en las universidades estadounidenses.
Podemos hacer más que solo celebrar nuestro patrimonio una vez al año, durante el Mes de la Herencia Hispana en Estados Unidos. Nuestros estudiantes merecen aprender que su historia es vasta y que nuestras culturas han dado forma a este país desde antes de su fundación.
Arlene Dávila (@arlenedavila1), la directora fundadora del Latinx Project de la Universidad de Nueva York, es la autora de Latinx Art: Artists, Markets and Politics.