Durante mucho tiempo, los astrónomos pensaron que los asteroides y otros cuerpos de menor tamaño eran demasiado pequeños para tener acompañantes como lunas y anillos. Sin embargo, desde hace algunas décadas han ido descubriendo lunas que orbitan alrededor de muchos asteroides y objetos del cinturón de Kuiper. Luego, identificaron anillos suspendidos alrededor de objetos más pequeños (en esencia, lunas que no lograron fusionarse).
En 2013, los astrónomos descubrieron un par de anillos alrededor de Chariklo, cuerpo conocido como un centauro en órbita alrededor del Sol entre Saturno y Urano. En 2017, se descubrió otro anillo alrededor de otro objeto del cinturón de Kuiper, Haumea, también porque la luz se hacía más tenue durante una ocultación estelar. Pero esos anillos están cerca de sus planetas.
En 1848, el astrónomo francés Édouard Roche estableció el cálculo que ahora conocemos como límite de Roche. El material que se encuentra en órbita a menos de esa distancia, debido a las fuerzas de marea creadas por el cuerpo mayor, tiende a separarse. Por lo tanto, un anillo dentro del límite de Roche tendería a mantenerse como un anillo, pero un anillo de detritos fuera del límite de Roche por lo regular terminaría por fusionarse en una luna.
Los anillos que rodean a los planetas gigantes del sistema solar (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) en general se ajustan a las restricciones del límite de Roche. En los mundos distantes más pequeños, el anillo de Chariklo en realidad se pasa un poco del límite de Roche. El anillo que rodea a Haumea se encuentra dentro del límite.
El anillo Quaoar es diferente.
A una distancia de 4100 kilómetros, supera por mucho el límite de Roche que, según los cálculos de los científicos, es de 1780 kilómetros. A esa distancia, según la física en que se basan los cálculos de Roche, las partículas deberían haberse fundido para formar una luna en 10 a 20 años, explicó Morgado.
“Lo cierto es que no debería estar ahí”, dijo. “Deberíamos revisar este límite y estudiar mejor cómo se forman los satélites”.
Una posible explicación para el anillo distante de Quaoar es la presencia de Weywot. Es posible que la luna haya creado perturbaciones gravitacionales que evitaron que las partículas del anillo se fusionaran para formar otra luna. A las temperaturas ultrafrías del sistema solar exterior, las partículas glaciales son más elásticas, por lo que es menos posible que permanezcan unidas después de chocar.