Vinícius Júnior está harto.
El delantero del Real Madrid, objeto de cánticos racistas desde las gradas de los estadios españoles durante las dos últimas temporadas, recurrió a las redes sociales tras el último ataque que sufrió el domingo, cuando unos aficionados de Valencia lo llamaron mono. Esta vez, no solo se dirigió a sus agresores, sino también a la propia España.
“No fue la primera vez ni la segunda, ni la tercera”, escribió Vinícius Júnior en una publicación en sus cuentas de Twitter e Instagram. “El racismo es normal en La Liga. La competición lo considera normal, la federación también y los rivales lo fomentan”. España, dijo, estaba siendo conocida en su Brasil natal “como un país de racistas”.
El domingo, Vinícius Júnior fue recibido por aficionados que coreaban la palabra “mono” antes incluso de que bajara del autobús del Real Madrid a las puertas del estadio de Mestalla, en Valencia. El partido se interrumpió brevemente en el minuto 71, cuando el jugador señaló al árbitro a algunos de sus agresores, y se leyó por los altavoces del estadio una declaración contra el racismo, que forma parte del protocolo de La Liga para este tipo de incidentes. Al final, sin embargo, el villano fue Vinícius Júnior: recibió una tarjeta roja en los últimos minutos del tiempo extra, tras forcejear con un rival que había cargado contra él.
El Real Madrid declaró que creía que el abuso contra su jugador calificaba como un delito de odio según la ley española, y el club anunció que había presentado una denuncia ante las autoridades pertinentes exigiendo una investigación. “Tenemos un grave problema”, reconoció el lunes el presidente de la federación española de fútbol, al calificar el racismo en los estadios españoles como un tema “que mancha a todo un equipo, a toda una afición, a todo un club, a todo un país”.
Los insultos racistas que resuenan en las gradas de los estadios de fútbol españoles no son infrecuentes ni nuevos, pero han apuntado particularmente contra Vinícius Júnior, quien se ha convertido en uno de los jugadores más destacados del campeonato desde la partida de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo.
En un comunicado en el que anunciaba la apertura de una investigación sobre los hechos ocurridos el domingo en Valencia, La Liga reconocía haber denunciado nueve incidentes distintos de insultos racistas contra Vinícius Júnior solo en las dos últimas temporadas. Para entonces, el jugador ya había recurrido a las redes sociales, donde escribió que los ataques contra él estaban empañando la imagen de España en todo el mundo.
“Una linda nación, que me acogió y a la que amo, pero que aceptó exportar al mundo la imagen de un país racista”, escribió. “Lo siento por los españoles que no estén de acuerdo, pero hoy, en Brasil, España es conocida como un país de racistas”.
Hasta dio a entender que si no se actuaba contra el racismo podría marcharse del país.
La reacción a lo ocurrido en Mestalla puso bajo la lupa la gestión del racismo en los estadios por parte del fútbol español. En una entrevista televisiva inmediatamente después del partido, el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelloti, reaccionó con incredulidad cuando se le pidió que hablara del partido. “Yo no quiero hablar de fútbol”, dijo. A la pregunta sobre de qué quería hablar, dijo: “de lo que ha pasado aquí”.
En una rueda de prensa posterior, los periodistas locales intentaron corregir la afirmación de Ancelloti de que todo el estadio era responsable, diciéndole que había oído mal los cánticos. A continuación, las autoridades del Valencia negaron que hubiera racismo generalizado en las gradas, a pesar de que en los videos publicados en internet aparecían amplios sectores del público coreando “mono”. Algún periodista sugirió a Ancelloti que la mayoría de los hinchas cantaban “tonto”. “Que si decían ‘mono’, que si decían ‘tonto’; el árbitro ha parado el partido para abrir el protocolo de racismo”, respondió Ancelotti. “Si un estadio le grita ‘tonto’, no abre el protocolo. Hablad con el árbitro”.
A las pocas horas, el director general de La Liga, Javier Tebas, se enzarzó en un intercambio de ida y vuelta con Vinícius Júnior en Twitter. En él, Tebas defendía a España, detallaba los esfuerzos que La Liga había realizado para enfrentar los comportamientos racistas y reprendía a Vinícius por, según Tebas, no presentarse a dos reuniones para hablar de los insultos que había recibido.
Las declaraciones de Tebas provocaron una furiosa respuesta del jugador.
“Una vez más, en lugar de criticar a los racistas, el presidente de La Liga aparece en las redes sociales para atacarme”, escribió Vinícius. “Por mucho que hables y finjas no leer, la imagen de tu campeonato está golpeada. Mira las respuestas a tus posts y te llevarás una sorpresa. Omitirte solo te iguala a los racistas”.
El incidente suscitó críticas, y mensajes de apoyo, de todo el mundo.
En una rueda de prensa al término de una cumbre del G7 en Japón, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que quería enviar un mensaje de solidaridad a Vinícius, afirmando que era “injusto” que “reciba insultos en todos los estadios en los que juega”.
“No es posible que, en pleno siglo XXI, haya prejuicios raciales tan fuertes en tantos estadios de fútbol”, dijo Lula.
Jugadores y exjugadores también se unieron en torno a Vinícius, señalando a las autoridades españolas por no hacer más para erradicar el racismo, que algunos comentaristas del país han descrito habitualmente como un mero esfuerzo por obtener ventaja en el campo.
Kylian Mbappé, quien estuvo a punto de mudarse a España la temporada pasada para unirse a Vinícius en Madrid, publicó un mensaje de apoyo en Instagram. Se le unió Neymar, estrella brasileña que también se enfrentó a abusos raciales cuando jugaba en España para el Barcelona.
La Liga emitió un comunicado en el que detallaba sus esfuerzos para erradicar el racismo en sus estadios. La Liga afirmó que estaba trabajando con las autoridades de Valencia para investigar lo ocurrido, y se comprometió a emprender acciones legales si se identificaba algún delito de odio.
El último incidente representará un nuevo escrutinio sobre el fútbol español en un momento en el que busca apoyo mundial para asegurarse los derechos de organización de la Copa Mundial de 2030 como parte de un esfuerzo conjunto con Portugal y Marruecos.
La Liga, aseguraron en el comunicado, “lleva años luchando contra esta clase de comportamientos y fomentando los valores positivos del deporte, no solo en el terreno de juego, sino también fuera de él”.
Sin embargo, el tipo de sanciones que puede imponer a los clubes es limitado. Los cierres de estadios, por ejemplo, solo pueden ser sancionados por la federación nacional de fútbol, que a mediodía del lunes guardaba silencio sobre los sucesos de Valencia.
“Tenemos un problema en nuestro país de comportamiento, de educación, de racismo”, dijo Luis Rubiales, el presidente de la federación española de fútbol en una rueda de prensa el lunes. “Mientras que haya un solo aficionado, un solo indeseable o un grupo de indeseables que insulte por condición sexual, por color de piel, por credo, pues tenemos un grave problema”.
Tariq Panja cubre algunos de los rincones más sombríos de la industria del deporte mundial. También es coautor de Football’s Secret Trade, una revelación sobre la industria multimillonaria de comercio de jugadores de fútbol.@tariqpanja