Antes de poder abrir las puertas de su museo virtual del Holocausto en el videojuego Fortnite, Luc Bernard tuvo que cumplir con una lista de precauciones.
Prohibidos los disparos. Prohibidos los gritos. Prohibido bailar breakdance.
El que no se puedan realizar esas acciones desafía las reglas habituales de uno de los videojuegos más populares del mundo, en el que los jugadores pueden vestirse como hamburguesas con ojos saltones para intercambiar tiros con John Wick y Batman. Sin embargo, Epic Games, ansiosa de mantener a la gente en sus servidores de Fortnite tanto como sea posible, ha puesto bienes raíces en sus mundos virtuales a disposición de casi cualquier persona que tenga una idea.
Ahora, la compañía, que no estuvo involucrada en el desarrollo del museo del Holocausto, pero aconsejó a Bernard sobre cómo seguir sus lineamientos de contenido, se encuentra examinando temas sensibles que, al menor paso en falso, pueden volverse problemas de relaciones públicas. El riesgo de propagar imprecisiones históricas también tiene preocupados a los educadores del Holocausto, aunque varios apoyan el intento de llegar a públicos más jóvenes.
A través de un comunicado, Sara J. Bloomfield, directora del Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos, declaró: “Con el ascenso del negacionismo del Holocausto y otras formas de antisemitismo, es importante que las nuevas generaciones de todo el mundo aprendan la verdad sobre el Holocausto”.
“Las oportunidades en línea pueden ayudar a avanzar en ese objetivo”, continuó Bloomfield. “En un momento de erosión de la confianza en general, los museos —porque tienen en exhibición artículos auténticos— todavía son fuentes confiables de información. Mantener esa confianza requiere un apego riguroso a la precisión histórica”.
Después de que su museo virtual abrió sus puertas al público la semana pasada, Bernard recibió a The New York Times para hacer el recorrido de “Voces de los olvidados”, que promete educar a los visitantes “sobre los héroes que salvaron vidas judías durante el Holocausto y también acerca de los miembros judíos de la Resistencia”. Su avatar estaba vestido como el Hombre Araña y algunos jugadores curiosos se adentraron en las galerías con sus propios atuendos y nombres como DoctorLlamaLord.
La arquitectura del museo se asemeja a una mansión moderna a las afueras de Miami con grandes ventanales y un piso reflejante de mármol. Después de un pequeño vestíbulo, la exposición inicia con información sobre Kristallnacht (la noche de los cristales rotos), los ataques en 1938 contra la comunidad judía en la Alemania nazi que son generalmente reconocidos como el comienzo del Holocausto.
“El odio está creciendo en todo el mundo y pienso que necesitamos herramientas para hacer más empática a la gente”, dijo Bernard a través de una llamada de Zoom. Llevaba gafas de sol mientras vapeaba. Destacó que se han gastado cientos de millones de dólares en museos del Holocausto, pero solo el 20 por ciento de los estadounidenses han visitado alguno.
La mayoría de las imágenes y los carteles dentro del museo en Fortnite se enfocan en aspectos menos conocidos del Holocausto (en el que alrededor de seis millones de judíos fueron asesinados), así como en figuras que podrían haber pasado desapercibidas ante los ojos de una institución tradicional. Bernard, de 37 años, ha dedicado secciones a los disturbios de Tripolitania (uno de los ataques más cruentos contra judíos en el norte de África) y a Willem Arondéus (miembro de la resistencia neerlandesa contra los nazis).
No obstante, la información dentro del museo se limita a algunas frases cortas sobre cada tema y parte del texto, incluido el resumen sobre Arondéus, se extrajo de entradas de Wikipedia.
Bernard, quien ha trabajado en la industria de los videojuegos durante más de una década, confirmó que utilizó Wikipedia y, sin dar más detalles, aseguró que corroboró esa información a través de otras fuentes; este año, también lanzó un videojuego llamado The Light in the Darkness que se centra en educar a los jóvenes sobre el Holocausto.
Alan Cooper, un portavoz de Epic, señaló que todos los proyectos realizados en Fortnite —entre los que se incluyen mapas con un dragón de hielo y una fuga de prisión— estaban sujetos a reglas para los creadores y lineamientos de contenido. La empresa ayudó a Bernard a revisar los contenidos desde una perspectiva legal. Los contenidos no pueden ser sangrientos ni perturbadores, y Bernard es el responsable de las afirmaciones y las informaciones dentro del museo.
Cooper indicó: “Con regularidad revisamos y actualizamos estas reglas con base en el crecimiento y el desarrollo continuo de nuestro ecosistema”.
La decisión de Epic de trabajar de cerca con Bernard llega meses después de que la Liga Antidifamación (ADL, por su sigla en inglés) opinó que las políticas de la compañía hacia los negacionistas del Holocausto merecía una calificación reprobatoria debido a la permisividad que tenía con los nombres de usuario relacionados con los nazis. Una vocera de Epic afirmó que la calificación no reflejaba la labor de la compañía para eliminar los nombres de usuario que violan sus reglas además de usar herramientas automatizadas y moderadores humanos para evitar discursos de odio y el lenguaje peyorativo.
En una declaración acerca del museo dentro del juego, Jonathan Greenblatt, director ejecutivo de la ADL, manifestó: “Hasta que la industria de los videojuegos pueda cambiar las normas en torno al odio y el abuso en títulos con multijugador en línea, no podemos considerar que experiencias sean una verdadera alternativa a las formas más tradicionales de educación sobre el Holocausto”.
Los museos tradicionales sobre el Holocausto han apoyado con cautela a Bernard, quien recibió burlas en las redes sociales de parte de negacionistas del Holocausto y del supremacista blanco Nick Fuentes tras anunciar su proyecto en Fortnite. Otros expertos señalaron controversias pasadas en las que se abordaron temas serios dentro de Fortnite.
Un evento oficial que conmemoraba a Martin Luther King Jr. en 2020 permitió a los usuarios ver imágenes de la época de la lucha por los derechos civiles y su discurso “Tengo un sueño”. Sin embargo, el mensaje de King se yuxtapuso con pantallas de carga predeterminada para todos los jugadores de Fortnite que incluían el mensaje “¡Apunta a la cabeza!” y los jugadores podían usar emotes que les permitieron bailar y hacer el gesto de golpear con un látigo. (Posteriormente, Epic deshabilitó la capacidad de usar emotes dentro de la experiencia).
Epic divulgó que más de 8 millones de jugadores asistieron al evento. El verdadero monumento conmemorativo a King en Washington recibe alrededor de 3,3 millones de visitantes al año, según el Servicio de Parques Nacionales.
Fortnite tiene 70 millones de jugadores activos cada mes y algunos educadores del Holocausto se sienten optimistas por el hecho de que “Voces de los olvidados” pueda ser una manera de conectar con personas jóvenes donde se encuentran: en el mundo de los videojuegos.
“¿Cómo nos encontramos con esta próxima generación que se ha criado en línea?” preguntó Jacob Ari Labendz, director del Centro Gross de Estudios sobre el Holocausto y el Genocidio en el Ramapo College de Nueva Jersey.
Labendz dijo que si bien las exhibiciones del museo carecían de contexto, impulsaban preguntas importantes. “Está obligando a cualquiera que venga al museo a darse cuenta de que el Holocausto no es solo una historia europea sino global”, afirmó Labendz.
Dado que aún no se dan a conocer cifras de asistencia, es demasiado pronto para saber cuál será el impacto del museo, pero Bernard asevera que otros museos del Holocausto se han puesto en contacto con él para reconocer su esfuerzo.
“Hay que pensar en los jóvenes”, afirmó Bernard. “Quise mostrar historias positivas sobre los líderes de la Resistencia para que tuvieran a alguien a quien admirar”.
Zachary Small es periodista y cubre la dinámica del poder y el privilegio en el mundo del arte. Ha escrito para The New York Times desde 2019. Más sobre Zachary Small