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¿Los milénials dejamos de ser geniales?

Pero también fue algo más sutil. No había crecido en Nueva York, no había estudiado en una escuela prestigiosa ni tenía un tío que conocía a un tipo que conocía a otro tipo, pero yo tenía algo que esa gente no tenía. No tardé mucho en darme cuenta de que no iba a abrirme camino, ni siquiera a medias, compitiendo con gente más experimentada en sus propios términos. Pero tal vez, solo tal vez, podía venderles algo que no entendían.

Así que me propuse descubrir cosas raras en internet, encontrar suficientes ejemplos de jóvenes haciendo cosas que justificaran un artículo sobre tendencias, infiltrar la jerga y las subculturas en la revista y tomarme todas esas cosas en serio. Encontré un nicho en lo genial, lo joven o como quieras llamarlo, y me acostumbré a que eso fuera lo mío. Solo hasta hace poco me he empezado a dar cuenta —¿a sentir pánico?— de hasta qué punto mi identidad profesional se basaba en eso. ¿Es por eso que resulta tan doloroso para esta generación dejar de ser relevante? Nos trataron con una importancia desmesurada desde una edad temprana. No conocemos la irrelevancia.

Los milénials no son la primera generación que envejece y deja de ser genial, obviamente. ¿Pero no debía ocurrir una progresión natural? Se suponía que el lento proceso de transición hacia la intrascendencia cultural se facilitaría con una serie de compensaciones. Se suponía que, a cambio de no ser geniales nunca más, de consentir que se burlaran de nosotros por nuestros pantalones de mezclilla ajustados y nuestros peinados acomodados de lado, tendríamos cosas. Hablo de cosas como hijos, una casa, un fondo de retiro, un empleo aburrido pero estable.

Y, sin embargo, muy pocos de nosotros tenemos esas cosas. Yo tengo una pequeña cuenta de jubilación, la mayor parte transferida de la revista en la que trabajé cuando tenía veintitantos años. A veces me gustaría tener un trabajo aburrido pero estable, pero entonces recuerdo que incluso cuando tenía un trabajo estable y nada aburrido, con prestaciones y una silla ergonómica, lo cambié por flexibilidad. No tengo hijos… aunque sí tengo embriones congelados.

¿Qué es lo que dicen sobre la edad, que con el tiempo viene la capacidad de preocuparse menos? ¿De cómo, cuando dejas de intentar estar al día con la disputa más reciente en internet o la última tendencia de TikTok o el nuevo artista pop-punk de moda, empiezas a tener tiempo para las cosas más “importantes”? (¿Qué son esas cosas, exactamente?) ¿Cómo, si dejas de esforzarte tanto, puedes guardar ese espacio en tu cerebro para… no sé, organizar tus suplementos en uno de esos bolsos que venden?

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