Nació como Edson Arantes do Nascimento en el pequeño pueblo brasileño de Três Corações, donde jugaba al fútbol descalzo y usaba unos trapos enrollados como balón. La historia de cómo un joven de orígenes tan humildes se convirtió en Pelé, considerado por muchos el mejor jugador de fútbol de la historia, está escrito en los corazones de generaciones de sus compatriotas y aficionados de todo el mundo.
También es una historia contada en fotografías, que abarcan décadas y que crecen en brillo y nitidez a medida que lo hizo su leyenda.
Pelé, quien murió el jueves a los 82 años, irrumpió en la escena futbolística mundial siendo un muchacho menudo de 17 años que marcó dos goles en la final de la Copa Mundial de 1958 y condujo a Brasil a la victoria sobre Suecia. A lo largo de sus 21 años de carrera marcaría 1283 goles, llevaría a Brasil a ganar tres Mundiales y se haría globalmente famoso por su habilidad inigualable y su sonrisa cautivadora.
Casi al final de su carrera como jugador, ayudó a popularizar el fútbol en Estados Unidos como jugador del Cosmos de Nueva York, llevando al equipo a ganar el campeonato de la North American Soccer League cuando era un habilidoso jugador de 36 años. Su estilo de juego era tan inventivo que sus pases a menudo parecían sorprender a sus compañeros.
Los orígenes e incluso el significado del nombre Pelé se pierden en la historia. Pero en estas imágenes, su genialidad como jugador y su atractivo indescriptible quedan congelados para siempre en el tiempo.
— Mike Wilson