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Influenza, covid y VRS: tres vacunas necesarias para el otoño

La mayoría de los estadounidenses han recibido una o más vacunas contra la influenza y la COVID-19. En este año, lo nuevo son las primeras vacunas para proteger a los adultos mayores del virus respiratorio sincitial (VRS, por su sigla en inglés), una amenaza menos conocida cuyo saldo en términos de hospitalizaciones y muertes puede competir con el de la influenza.

Las autoridades de salud a nivel federal esperan que el uso generalizado de estas tres vacunas detenga otra “triple pandemia” de enfermedades respiratorias como la que vimos el invierno pasado. Para las personas que cuentan con seguro médico, todas estas vacunas deben estar disponibles de manera gratuita.

“Esto en sí es una sobreabundancia de riquezas”, señaló Ofer Levy, director del programa de vacunas de precisión en el Hospital Infantil de Boston y asesor de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés).

Esto es lo que él y otros especialistas dicen sobre quién debe recibir cada vacuna y cuándo.

Es probable que este otoño vuelvan a aparecer los virus del coronavirus, la influenza y el virus respiratorio sincitial, pero no se sabe exactamente cuándo y cuánto daño provocarán. En parte, eso se debe a que las restricciones vigentes durante la pandemia modificaron los patrones estacionales de los virus.

El invierno pasado, la influenza alcanzó su punto máximo en diciembre y no en febrero, como sucede normalmente. Es posible que este virus haya causado hasta 58.000 fallecimientos, una cifra más elevada de lo habitual. Durante la mayor parte de la temporada, la covid siguió teniendo una cantidad constante de infecciones y fallecimientos y alcanzó su punto máximo en enero.

A diferencia de su patrón previo a la pandemia, el VRS llegó a su punto máximo varias semanas antes el año pasado y circuló por más tiempo de lo habitual.

Cada vez más se reconoce al VRS como una amenaza respiratoria importante, sobre todo para los adultos mayores, las personas inmunodeprimidas y los niños pequeños. “El VRS tiene una carga de morbilidad parecida a la de la influenza en adultos mayores; puede hacer que nos enfermemos muy gravemente”, comentó Helen Chu, médica e inmunóloga en la Universidad de Washington.

Los científicos esperan que, en algún momento, los virus respiratorios retornen a sus patrones previos a la pandemia, pero “durante los próximos dos años va a ser impredecible”, subrayó Chu.

Según los especialistas, este otoño todo mundo debería recibir al menos las vacunas contra la influenza y la COVID-19.

La vacuna anual contra la influenza se recomienda a partir de los seis meses, pero es más importante para los adultos de 65 años y más, los niños menores de cinco años y las personas con sistemas inmunitarios débiles.

Este otoño, las vacunas actualizadas contra la covid son de Pfizer, Moderna y Novavax, y todas están diseñadas para la variante de ómicron XBB.1.5 que en la actualidad es responsable de aproximadamente el 27 por ciento de los contagios. Las recomendaciones completas no estarán disponibles hasta que la FDA autorice las vacunas y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) evalúen nuevos datos.

Las autoridades de salud a nivel federal no hablan sobre una serie primordial de vacunas seguidas por refuerzos. (Los funcionarios ya ni siquiera les llaman “refuerzos” a esas dosis). Más bien están tratando de orientar a los estadounidenses a la idea de una sola inmunización anual con la última versión de la vacuna.

“Es buena idea seguir usándolas, al igual que el cinturón de seguridad de un auto”, comentó Camille Kotton, una médica del Hospital General de Massachusetts y asesora de los CDC, acerca de las vacunas.

El VRS es una causa frecuente de enfermedades respiratorias entre los adultos mayores, sobre todo los de 75 años o más que tienen otros padecimientos como enfermedades cardiovasculares, enfermedad pulmonar crónica o diabetes.

La nueva vacuna contra el VRS no ha sido autorizada para los estadounidenses menores de 60 años. Los CDC recomiendan que las personas de 60 años o más se registren para recibir la vacuna después de consultar con su médico.

Aunque es cierto que las complicaciones planteadas por cualquiera de estos tres virus aumentan con la edad, hay que recordar que a los 65 años no es cuando comienzan los riesgos, explicó Chu.

“Incluso quienes no tienen padecimientos preexistentes pueden enfermarse de gravedad con estos tres virus”, recalcó Chu.

Nadie sabe cuándo reaparecerán estos virus, así que debemos recibir las vacunas lo más pronto posible en el otoño para poder generar inmunidad contra los patógenos. La mayoría de las personas no quieren o no pueden ir varias veces a la clínica o a la farmacia para que las vacunas queden espaciadas.

Eso implica que quizás tenga que ser en septiembre u octubre. Tal vez casi todos los estadounidenses quieran recibir las vacunas contra la influenza y la covid al mismo tiempo con el fin de estar preparados para enfrentar cualquiera de esos virus. Según los especialistas, los adultos mayores que no gozan de buena salud —por ejemplo, que tienen enfermedades cardiacas o pulmonares, o que necesitan usar oxígeno en casa— deben recibir las tres vacunas.

Tienen que “recibirlas tan pronto como sea posible y, en definitiva, antes de que empiece la temporada y hacerlo al mismo tiempo”, afirmó Chu.

Si no lo han hecho todavía, los adultos de 50 años o más también deben recibir la vacuna contra el herpes y los de 65 años o más deben registrarse para la vacuna contra el neumococo. Pero esas vacunas no se tienen que administrar en el otoño y deben programarse en un momento distinto, señaló Chu.

El otoño pasado, las vacunas contra la influenza y la COVID-19 casi siempre se aplicaron juntas y parece que eso dio buenos resultados. Sin embargo, como la vacuna contra el VRS es nueva, se cuenta con poca información sobre cómo podría interactuar con otras vacunas.

“Los datos disponibles relacionados con la administración de las vacunas contra la influenza y la COVID-19 al mismo tiempo no indican problemas de seguridad”, dijo el Departamento de Salud y Servicios Humanos en un comunicado enviado a The New York Times.

“Los sistemas de la FDA y los CDC monitorean la seguridad de las vacunas todo el año y seguirán en marcha”, señaló el departamento. “Si se detecta cualquier posible señal relacionada con la seguridad, la FDA y los CDC realizarán una mayor evaluación e informarán a la población”.

Algunos estudios sugieren que las vacunas contra el RSV y la influenza producen menor nivel de anticuerpos cuando se aplican juntas que cuando se aplican una por una. Pero es posible que esos niveles sigan siendo suficientemente altos como para proteger a las personas contra los virus, dijeron los expertos.

También hay información limitada sobre la seguridad de las dos vacunas contra el RSV. Los ensayos clínicos registraron seis casos de problemas neurológicos, entre ellos el síndrome de Guillain-Barré, mientras que los grupos de placebo no presentaron ninguno.

En ambos casos las cifras fueron demasiado pequeñas como para determinar si los casos eran resultado de las inoculaciones. Habrá más claridad cuando se apliquen las vacunas a gran escala, comentó Chu.

Se espera que, en las próximas semanas, los CDC emitan recomendaciones acerca de la administración de las vacunas juntas.

Apoorva Mandavilli es reportera del Times y se enfoca en ciencia y salud global. En 2019 ganó el premio Victor Cohn a la Excelencia en Reportaje sobre Ciencias Médicas. @apoorva_nyc

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