México, el segundo mayor receptor de remesas en el mundo, recibió 61.000 millones de dólares de trabajadores del extranjero en 2022, principalmente de Estados Unidos. Pero la divisa mexicana, el peso, se ha apreciado rápidamente en el último año, producto de tasas de interés muy altas e inversiones extranjeras en el país, entre otros factores.
Para cientos de miles de mexicanos que trabajan en EE. UU., un peso fuerte significa que los dólares que mandan a casa ya no rinden tanto como antes. Para esta nota, hablé con Antonio Solis, un repartidor de comida en la Ciudad de Nueva York que ha tenido que enviar unos 500 dólares más de lo acostumbrado a fin de cubrir gastos esenciales, como la colegiatura universitaria de su hija.