Una candidata de la izquierda tradicional y un empresario neófito en la política parecen ser los dos candidatos más votados en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Ecuador del domingo. Este ciclo electoral se ha centrado en la frustración de los votantes con la creciente violencia de las bandas y los carteles de la droga en el país.
Luisa González, quien fue respaldada por un expresidente socialista, y el candidato outsider Daniel Noboa recibieron el mayor porcentaje de votos con el 84 por ciento de las actas escrutadas. Se enfrentarán en una segunda vuelta electoral el 15 de octubre.
Todo parece indicar que la economía y la seguridad serán los temas principales de cara a la segunda vuelta, en un momento en el que bandas callejeras y de prisiones locales, junto con las mafias de la droga extranjeras, han desatado una ola de violencia inédita en la historia reciente del país, lo que ha incrementado las tasas de homicidio a niveles récord, lo que ha afectado a la industria del turismo, un sector vital que genera empleos.
Las preocupaciones por el aumento de la inseguridad se intensificaron a principios de este mes, cuando el candidato presidencial Fernando Villavicencio fue asesinado en plena campaña electoral.
González lideró la votación, obteniendo el 33 por ciento de los votos, con el 84 por ciento de las actas escrutadas, seguida de Noboa, el inesperado segundo lugar, quien obtuvo el 24 por ciento. Hace solo unas semanas, Noboa aparecía con porcentajes de una sola cifra de respaldo en los sondeos.
Los resultados oficiales completos se esperaban más tarde el domingo por la noche.
La primera vuelta electoral del domingo respondió a la convocatoria a elecciones anticipadas que hizo en mayo el presidente Guillermo Lasso en medio de un proceso de destitución en su contra por acusaciones de malversación de fondos y a la creciente insatisfacción de los votantes por la crisis de seguridad nacional.
Ecuador —un país de 18 millones de habitantes— solía ser un remanso de tranquilidad en comparación con su país vecino Colombia, que durante décadas fue devastado por la violencia de grupos guerrilleros y paramilitares armados y carteles de la droga. A medida que eso cambió en los últimos años después de que Colombia forjara un acuerdo de paz, la industria del narcotráfico se volvió cada vez más poderosa en Ecuador.
Entre noticias que regularmente presentan decapitaciones, coches bomba, asesinatos de policías, jóvenes colgados de puentes y niños asesinados a tiros fuera de sus hogares y escuelas, los ecuatorianos esperan un nuevo liderazgo que pueda restaurar la convivencia pacífica que alguna vez dieron por sentado.
Estos resultados que favorecieron a González y Noboa demuestran que “todavía existe una base fuerte y leal al correísmo suficiente como para hacer avanzar a González a la segunda vuelta”, dijo Risa Grais-Targow, directora para América Latina de Eurasia Group, un instituto de investigación, refiriéndose al movimiento de izquierda del expresidente Rafael Correa, quien gobernó de 2007 a 2017.
Sin embargo, dijo que “existe una gran parte de la población que en realidad quiere algo completamente diferente. Quieren un nuevo rostro”.
El segundo lugar, obtenido por Noboa, fue la sorpresa de la noche, ya que hasta hace solo unas semana las encuestas lo ubicaban en el fondo del grupo de ocho candidatos.
“La juventud optó por la opción de Daniel Noboa”, dijo Noboa en una conferencia de prensa el domingo por la noche. “No sería la primera vez que una nueva propuesta le dé la vuelta al establishment electoral”, agregó, refiriéndose a sí mismo.
El empresario de 35 años proviene de una de las familias más ricas de América Latina, conocida por la mayoría de los ecuatorianos por su imperio bananero. Su padre se postuló sin éxito cinco veces a la presidencia, pero la carrera política del joven Noboa apenas se remonta a 2021, cuando fue elegido para la Asamblea Nacional de Ecuador.
“Tiene una votación que está familiarizada con la marca Noboa, con el apellido Noboa y que ahora ha sido muy exitosamente energizado, refrescado además con un rostro nuevo”, dijo Caroline Ávila, analista política ecuatoriana. “Captura la atención de los jóvenes, principal masa de votantes indecisos. Son ellos quienes le están colocando en la segunda vuelta”.
Al parecer, la campaña de Noboa logró despegar apenas el domingo pasado, cuando impresionó a muchos ecuatorianos con su participación en el debate.
“Descolla en el debate. Habla bien, habla de corrido, sin complicarse mucho, sin pelear”, dijo Ávila, la analista política. “Y ha generado mucho interés en estas semanas posdebate”.
Como asambleísta y miembro del movimiento político Acción Democrática Nacional, Noboa respaldó leyes para atraer inversión internacional y reducir impuestos, afirmó Grace Jaramillo, profesora ecuatoriana de politología en la Universidad de Columbia Británica.
Sus propuestas incluyen compromisos para crear empleos, reducir los impuestos, disminuir las tarifas eléctricas e impulsar más tratados internacionales de libre comercio.
“Es una gran sorpresa, sobre todo en el hecho de que el debate sí tuvo efectos”, dijo Arturo Moscoso, un politólogo radicado en Quito. Pero, agregó: “Para muchos ecuatorianos es una incógnita”.
Noboa se presentó como el “presidente de empleo”, e incluso incluyó un formulario de solicitud de empleo en su página web, entre otras promesas más generales sobre la seguridad y la economía. Debido a que es empresario y un ciudadano estadounidense que creció en Estados Unidos, es muy probable que sea receptivo con los intereses favorables al mercado estadounidense, afirmó Grais-Targow.
Aunque los analistas predecían que la seguridad sería el tema más importante en la elección tras el asesinato, el éxito de Noboa muestra que en un país donde solo el 34 por ciento de los ecuatorianos tiene un empleo adecuado, según información del gobierno, la economía sigue siendo un tema crucial.
Carlos Andrés Eras, de 31 años, dijo que había votado por Noboa porque lo veía como un político bien preparado con propuestas claras.
“No es un improvisado, el proyecto como político lo ha ido armando poco a poco”, dijo Eras, quien es dueño de una joyería en Guayaquil. “Se concentró en dar sus puntos y respondía lo que se planteaba en la pregunta sin atacar a nadie”.
Noboa quedó en segundo lugar, muy cerca de la candidata de la izquierda tradicional, González.
Respaldada por el poderoso partido de Correa, el expresidente, González, de 45 años, ha apelado a la nostalgia de los votantes por la situación económica y de seguridad bajo el gobierno de Correa, cuando las tasas de homicidios eran bajas y el auge de las materias primas ayudó a sacar a millones de personas de la pobreza.
“Es la primera vez en la historia del Ecuador que una mujer saca tan alto porcentaje en primera vuelta”, dijo González en su discurso poselectoral. “Vamos a volver a tener esa patria con esperanza, con dignidad, con seguridad”.
Germán Montoya, votante y propietario de una empresa de plásticos en Guayaquil, la ciudad más grande de Ecuador, dijo que los pagos de extorsión exigidos por las bandas estaban perjudicando su negocio y lo habían empujado a votar por González.
“‘Señor Montoya, no puedo ir para acá, para allá, porque me cobran un peaje’”, contó que le dicen sus empleados. A los camiones les cobran 50 dólares para hacer entregas en distintos lugares de Guayaquil, dijo Montoya, de 37 años.
Jordy Gonzales, un albañil de 23 años, sintió algo similar. El partido de Correa, dijo, “hizo las cosas bien, y vamos a ver si esta vez, si Dios lo permite, vuelva a ser como antes”.
Si González gana las elecciones en octubre, demostrará el poder de permanencia de Correa como una fuerza política dominante en Ecuador a pesar de haber estado fuera durante seis años.
Correa ha vivido en Bélgica desde que dejó el cargo, huyendo de una sentencia de prisión de ocho años por violaciones al financiamiento de campañas. Sin embargo, los expertos predicen que, en caso de una victoria de González, probablemente regresaría al país y trataría de buscar la presidencia nuevamente cuando expire el próximo mandato presidencial en mayo de 2025.
Genevieve Glatsky reportó desde Bogota, Colombia; José María León Cabrera, desde Quito, Ecuador, y Thalíe Ponce, desde Guayaquil, Ecuador.