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¿Qué sentido tiene la coronación del rey Carlos ahora?

“Es en particular perturbador que no se le haya solicitado al conde de Derby que proporcionara halcones, como lo ha hecho su familia desde el siglo XVI”, escribió Petronella Wyatt, una columnista en The Daily Telegraph, con aparente seriedad. “Estos pequeños detalles privan a las personas de su propósito en la vida”.

Es un acto de equilibrio delicado: despilfarrar la cantidad correcta y estar a la altura de las circunstancias; recortar de más y perder cualquier poder que tenga la ceremonia. Sin embargo, las coronaciones, como las monarquías, han tenido que evolucionar durante mucho tiempo.

Para el siglo XVIII, el Reino Unido era una monarquía constitucional en la que el equilibrio de poder había cambiado de la Corona al Parlamento. En la convulsión de la primera Revolución industrial y a medida que las monarquías europeas —incluida la opulenta corte francesa en Versalles— eran derrocadas en olas de revolución política, ceremonias como las coronaciones se volvieron una parte integral de la imagen propia de un país que podía incorporar cambios sin ruptura, que había optado por la evolución en vez de la revolución.

La coronación de Jorge IV en 1821, tras la victoria del Reino Unido en las guerras napoleónicas, fue una de las más fastuosas en la historia británica, un intento, en parte, de eclipsar a Napoleón y celebrar la supremacía británica, pero también un síntoma del despilfarro escandaloso que lo hizo tan impopular. En 1831, su sucesor, Guillermo IV, tal vez al percibir los ánimos, quiso suspender la ceremonia de coronación por completo. Al final, cedió ante la presión de sus consejeros y accedió a celebrar un festejo más sencillo sin banquete y una procesión más pequeña. Aun así, fue demasiado para algunos.

La coronación de Victoria, la sobrina de Guillermo, en 1838, tras una crisis financiera transatlántica, se vio restringida hasta el punto de ser apodada despectivamente como la “coronación del centavo”. Sin embargo, fue grande en un aspecto importante: se estima que alrededor de 400.000 británicos presenciaron la procesión de Victoria; además, hubo una feria enorme en Hyde Park y pirotecnia.

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