Inundaciones catastróficas en el valle del Hudson, en Nueva York. Una cúpula de calor implacable sobre Phoenix. Temperaturas oceánicas que alcanzan los 32 grados Celsius en la costa de Miami. Un sorprendente diluvio en Vermont, un raro tornado en Delaware.
Hace una década, cualquiera de estos acontecimientos se habría considerado como una aberración. Esta semana, están ocurriendo simultáneamente a medida que el cambio climático desencadena unas condiciones meteorológicas extremas, lo que ha hecho que la gobernadora demócrata de Nueva York, Kathy Hochul, defina eso como “nuestra nueva normalidad”.
A lo largo del mes pasado, el humo de los incendios forestales de Canadá cubrió las principales ciudades del país, una ola de calor abrasador azotó Texas y Oklahoma y lluvias torrenciales inundaron partes de Chicago.
“No es producto de la imaginación ni se debe a que todo el mundo ahora tenga un teléfono inteligente”, afirmó Jeff Berardelli, meteorólogo jefe y especialista en clima de WFLA News en Tampa, Florida. “Vemos el aumento del tiempo extremo. No hay duda de que esto está ocurriendo”.
Y es probable que se haga más extremo. Este año, el poder de El Niño ―que se desarrolla en el océano Pacífico― está a punto de liberar más calor en la atmósfera, lo que provocará más fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo.
“Vamos a ver que este año suceden cosas alrededor de la Tierra que no hemos visto en la historia moderna”, comentó Berardelli.
Y, sin embargo, aunque las tormentas, los incendios y las inundaciones sean cada vez más frecuentes, la mayoría de los ciudadanos no piensan en el cambio climático. Según una encuesta reciente de NPR/PBS NewsHour/Marist, en un país centrado en la inflación, los escándalos políticos y las rencillas entre famosos, solo el 8 por ciento de los estadounidenses identificó el calentamiento global como el problema más importante que enfrenta el país.
A medida que los desastres climáticos se vuelven más comunes, podrían perder su capacidad de impacto. Un estudio de 2019 concluyó que la gente aprende a aceptar el clima extremo como normal en tan solo dos años.
“Este no solo es un tema complicado, sino que compite por la atención en un mundo dinámico, incierto y complejo”, comentó Anthony Leiserowitz, director del Programa de Yale sobre Comunicación del Cambio Climático.
Lilian Lovas, de 77 años y residente en Chicago de toda la vida, afirma que ha visto cómo el cambio climático afecta a su ciudad natal, pero dice que evita las noticias para mantenerse positiva.
“Aquí solía hacer mucho frío en invierno, pero ahora solo tenemos un par de días muy fuertes al año”, afirma. “Voto y pongo de mi parte, pero estas cosas están fuera de mi alcance”.
Kristina Hengl, de 51 años y trabajadora de un establecimiento minorista en Chicago, dijo que no estaba tan segura de que las condiciones meteorológicas extremas fueran algo que no hubiera ocurrido antes.
“No soy científica, así que me resulta difícil emitir un juicio”, dijo, antes de ofrecer una explicación inexacta. “Nuestro planeta siempre ha tenido cambios y es posible que esto forme parte del ciclo de la vida. Hay que tener en cuenta que los desiertos solían tener lagos, el lago Míchigan no siempre fue un lago”.
A pesar de que los científicos climáticos están cada vez más alarmados, hay pocos indicios del tipo de cambio social generalizado que reduciría las emisiones de gases de efecto invernadero que están calentando el planeta a niveles peligrosos.
“Aunque se produzcan tormentas y otros fenómenos climáticos extremos, si están lejos, hacemos como si no nos afectaran, porque no queremos hacer lo necesario para enfrentar esta amenaza”, declaró Paul Slovic, profesor de la Universidad de Oregón especializado en psicología del riesgo y toma de decisiones.
“Cada vez más personas reconocen que el cambio climático es un problema, pero no les gustan las soluciones” agregó Slovic. “No quieren abandonar el confort ni las comodidades que obtenemos al usar energía de las fuentes equivocadas, entre otras cosas”.
El 6 de julio, que los investigadores denominaron como el día más caluroso en la historia moderna, hubo en el aire un número histórico de vuelos comerciales, cada uno de los cuales emitió más gases que calientan el planeta, según Flightradar24.
A medida que los incendios forestales y el aumento del nivel del mar arrasan comunidades desde California hasta Carolina del Norte, los residentes siguen reconstruyendo en zonas propensas a sufrir catástrofes.
Y aunque cada vez se genera más electricidad con energía eólica, solar y otras energías limpias, el mundo sigue funcionando en gran medida con combustibles fósiles como el petróleo, el gas y el carbón, las principales fuentes de emisiones que calientan el planeta.
Los aterradores efectos de los gases de efecto invernadero ya pueden verse en todo el mundo. El planeta se ha calentado un promedio de 1,2 grados Celsius en comparación con los niveles preindustriales, lo que impulsa una vertiginosa serie de fenómenos meteorológicos extremos.
Los estudios muestran que las inundaciones mortales que vimos en Pakistán el año pasado, el domo de calor que calcinó el noroeste del Pacífico en 2021 y el huracán María, que azotó Puerto Rico en 2017, fueron peores debido al cambio climático.
“El cambio climático está aquí y ahora”, afirmó Michael Mann, científico del clima de la Universidad de Pensilvania. “No sucede en la lejanía de la Antártida y no es un hecho del futuro. Son estos fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático los que estamos viviendo”.
Según un análisis de Climate Central de los datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, las catástrofes meteorológicas con daños superiores a 1000 millones de dólares han aumentado en Estados Unidos. En 1980, el tiempo promedio entre desastres de 1000 millones de dólares fue de 82 días. De 2018 a 2012, el tiempo promedio entre estos eventos más extremos, incluso controlados por la inflación, fue de solo 18 días.
“El cambio climático está llevando estos eventos a nuevos niveles”, comentó Bernadette Woods Placky, meteoróloga jefa de Climate Central. “No tenemos pausas para recuperarnos como solía suceder en el pasado”.
La actividad humana tiene un impacto tan significativo en los ecosistemas y el clima del planeta que los científicos debaten si deben declarar que la Tierra ha entrado a un nuevo intervalo de tiempo geológico: el antropoceno.
Y como las emisiones siguen aumentando en todo el mundo, los científicos advierten que queda poco tiempo para cambiar de rumbo drásticamente antes de que los efectos sean catastróficos.
“Esta es la última advertencia que vamos a recibir cuando todavía se puede hacer algo”, dijo Bill McKibben, un veterano activista del clima. “Evidentemente, se trata de un momento crucial en la historia climática de la Tierra. También tiene que ser un momento crucial en la historia política de la Tierra”.
En Estados Unidos, el cambio climático es un tema partidista y muchos líderes republicanos cuestionan la ciencia climática establecida, promueven los combustibles fósiles y se oponen a las energías renovables.
Los científicos climáticos y los ecologistas albergan la esperanza de que cada nuevo huracán y granizada pueda movilizar a los estadounidenses para que actúen.
Una encuesta entre adultos que se realizó en la primavera encontró que hay una mayoría a la que le preocupa el cambio climático y apoya las acciones federales para combatir el calentamiento global y promover las energías limpias, según un estudio reciente de la Universidad de Yale.
Hasta en Florida, un estado que se ha vuelto más conservador en años recientes, un creciente número de residentes ―que incluye una cifra histórica de republicanos― piensan que la humanidad ocasiona el cambio climático, según una encuesta de la Universidad Atlántica de Florida.
“Los datos de las encuestas han oscilado en los últimos años y apuesto que volverán a cambiar”, dijo McKibben. “En un momento dado, si ves suficientes incendios e inundaciones, ¿a quién le vas a creer?”.
Cara Buckley, Robert Chiarito, Delger Erdenesanaa y Raymond Zhong colaboraron en este reportaje.
David Gelles es corresponsal de la sección Clima y cubre temas en la intersección del sector privado y la política pública. Síguelo en LinkedIn y en Twitter. @dgelles