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Cinco respuestas a la crisis migratoria en Nueva York

Desde la primavera, miles de migrantes han llegado de manera regular a la Terminal de Autobuses de la Autoridad Portuaria en Manhattan, la mayoría de ellos son familias venezolanas que escapan del colapso económico de su país.

Muchos no tienen vínculos familiares o conocidos en Nueva York y han buscado vivienda en el sistema de albergues para personas sin hogar de la ciudad. Pero los funcionarios han tenido dificultades para gestionar el espacio necesario con el fin de atender la demanda. A principios de octubre, la población que usa el principal sistema de albergues rompió un récord establecido en 2019 al superar las 62.000 personas atendidas. De ese número, unas 12.700 eran migrantes.

El alcalde de Nueva York, Eric Adams, ha declarado el estado de emergencia porque el flujo de recién llegados aún no ha disminuido. Funcionarios de Nueva York dicen que 18.600 migrantes han llegado a la ciudad desde abril.

La gran mayoría de los venezolanos se están quedando en otros países de América Latina y el Caribe. Pero muchos han estado haciendo el largo y peligroso viaje a Estados Unidos sabiendo que el gobierno estadounidense no puede ratonarlos a casa porque no tiene una relación diplomática con el gobierno venezolano, que cortó los lazos con Washington en 2019.

Se estima que, entre 2015 y 2018, 100 venezolanos fueron detenidos anualmente en la frontera. Pero más de 150.000 han sido detenidos entre octubre de 2021 y finales de agosto.

La ciudad ha vuelto a recurrir a los hoteles para albergar a las personas sin hogar de la ciudad. Un hotel ubicado cerca de Times Square, The Row, se convertirá en un centro de admisión y evaluación para unas 200 familias con niños. Durante el verano, la ciudad abrió alrededor de dos decenas de refugios en seis semanas.

A principios de octubre, Greglin Salas, un venezolano de 24 años, visitó un centro de la Cruz Roja Estadounidense en Manhattan que se había establecido para ayudar a los migrantes.

“No estoy trabajando”, dijo Salas. “Yo estoy pidiendo ayuda porque no tenemos dinero y hace cinco días que llegamos aquí. Ellos me dieron un boleto para comida y seguro médico”.

Adams también ha considerado seriamente alojar a las personas migrantes en cruceros. Y la ciudad inició la construcción de refugios de carpas para albergar a unos 500 adultos en Randalls Island, luego de que la ubicación inicial de las carpas en el estacionamiento de Orchard Beach, en el Bronx, se inundara por la lluvia.

Los refugios de carpas acondicionadas para el invierno no están destinados a ser viviendas a largo plazo, se espera que los residentes permanezcan solo cuatro días antes de ser trasladados a otros refugios.

Algunas de estas opciones han desencadenado las críticas de funcionarios electos y defensores de las personas sin hogar, quienes dicen que la ciudad debería reducir la burocracia para que las personas en los refugios puedan mudarse más rápido a una vivienda permanente.

Hasta el domingo, se calculaba que unos 14.000 migrantes todavía viven en refugios y hoteles en toda la ciudad. Alrededor de un tercio de las personas que ingresaron al sistema de albergues no quieren quedarse en Nueva York, dijo Fabien Levy, vocero del alcalde.

La ciudad está conectando a esas personas con organizaciones que pueden ayudarlos a mudarse a otros estados, dijo.

Los migrantes que buscan asilo pueden continuar con sus casos desde donde elijan vivir, dijo Hasan Shafiqullah, abogado interino de la Unidad de Leyes de Inmigración de Legal Aid Society.

“Si eligieron quedarse aquí, su caso se procesará en el edificio federal en el Bajo Manhattan”, dijo. “Pero no están atrapados aquí. Si, por ejemplo, quisieran mudarse a Illinois o Florida porque tienen amigos o familiares allá, podrían tratar de trasladar su caso en la corte de inmigración a los tribunales de Chicago o de Miami”.

Para solicitar asilo en Estados Unidos, la persona debe estar físicamente en el país y la solicitud debe presentarse en el año siguiente a su llegada.

El gobierno de Nueva York tiene trabajadores sociales que asesoran a los solicitantes de asilo recién llegados para ayudarlos a inscribir a sus hijos en las escuelas y encontrar abogados de inmigración, dijo Levy.

Dependiendo del juez de inmigración al que se le asigne la solicitud en Nueva York, los casos pueden demorar de tres a cuatro años antes de que se tome una decisión final, dijo Shafiqullah. Y los casos pueden complicarse y, en muchas ocasiones, sufren retrasos.

Los solicitantes pueden pedir una autorización de empleo temporal 150 días después de presentar con éxito su solicitud de asilo, pero no son elegibles para recibir un documento de trabajo hasta ese momento.

“Si tuvieran todos los requisitos y solicitaran asilo hoy, tendrían que esperar al menos seis meses antes de poder obtener su permiso de trabajo”, dijo Shafiqullah. “Si todo funciona sin retrasos”.

Julie Lopez, una migrante venezolana de 35 años que durante los últimos tres meses ha estado viviendo con su esposo e hijo en el Skyline Hotel de Hell’s Kitchen en Manhattan, dijo que estaba feliz de que su hijo estuviera inscrito en la escuela, pero también expresó que está lista para empezar a trabajar.

“Doy gracias a Dios y al presidente por darnos la oportunidad de entrar al país de manera segura”, dijo, y “al alcalde de Nueva York por darnos refugio y no dejarnos en la calle”.

El martes, se informó que el gobierno de Biden estaba analizando un programa de permisos humanitarios para los venezolanos con el fin de desalentar a quienes huyen de su país para cruzar hacia Estados Unidos de manera ilegal. Este programa sería similar a uno establecido para los ucranianos y requeriría que los venezolanos que lo soliciten tengan a alguien en Estados Unidos que pueda apoyarlos financieramente por un periodo de hasta dos años.

Sin embargo, el plan también permitiría que el gobierno pueda expulsar a los migrantes a México si no tienen patrocinadores en Estados Unidos, lo que limitaría la cantidad de personas que cruzan la frontera.

El jueves, la gobernadora Kathy Hochul y Adams dijeron que apoyan el nuevo plan del gobierno de Biden.

“Ahora tenemos un camino”, dijo Hochul. “Comenzaremos a ver cómo el flujo de personas se detiene”.

Emma G. Fitzsimmons, Juan B. Garcia y Jasmine Sheena colaboraron en este reportaje.


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