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En medio de la guerra, los soldados ucranianos juegan ‘World of Tanks’

En medio de una guerra de tanques, se juega World of Tanks.

En algún lugar a lo largo de los varios cientos de kilómetros del frente de batalla en Ucrania, un soldado ucraniano probablemente está jugando World of Tanks, el videojuego. Un héroe de guerra admitió recientemente que lo jugaba, aunque tuvo que crear una nueva cuenta tras perder su información de inicio de sesión. Durante un entrenamiento en junio, se encontró jugando a unos guardias fronterizos en las afueras de Bajmut, donde se libró una de las batallas más cruentas de la guerra. La tripulación de un tanque que fue vista comiendo un almuerzo rápido el año pasado, le había pegado un logotipo de World of Tanks al casco de su tanque de batalla principal T-80.

“Juego de vez en cuando, cuando tengo algo de tiempo libre”, dijo Nazar Vernyhora, quien el año pasado captó la atención pública por su comando de un tanque real que destruyó vehículos blindados de transporte de personal y dañó un tanque ruso durante una batalla en las afueras de Kiev.

El internet satelital Starlink está presente en los campos de batalla de Ucrania y los soldados tienen teléfonos inteligentes. El atractivo de los videojuegos móviles es obvio. La guerra suele estar marcada por largos periodos de aburrimiento, entonces, ¿por qué recurrir al tradicional pasatiempo favorito de los soldados —tirar piedras pequeñas a rocas más grandes— cuando existe World of Tanks?

Las ganas de jugar un videojuego violento en medio del enfrentamiento bélico terrestre más brutal en Europa desde la Segunda Guerra Mundial puede parecer desconcertante, pero representa una forma importante en la que los soldados lidian con la masacre que los rodea: la disociación.

Pero el título multijugador —que se basa en dos equipos de tanques y otras máquinas de matar que se destruyen entre sí en un campo de batalla virtual— es un eco escalofriante de la guerra real que se desarrolla alrededor de sus videojugadores uniformados. Los tanques ucranianos y otros vehículos blindados a veces pueden en ocasiones verse envueltos en duelos sangrientos que sus tripulaciones también experimentan de forma virtual.

Existen dos títulos en el universo de World of Tanks disponibles para los jugadores en Ucrania: World of Tanks y World of Tanks Blitz. Ambos requieren conexión a internet, pero el último está disponible para jugar en dispositivos móviles. Es difícil saber con precisión qué tan popular es el juego en el campo de batalla de Ucrania, y en general en toda Ucrania, dadas las diferentes plataformas disponibles para los juegos: PC, Xbox, PlayStation, Nintendo y computadoras Mac.

Aun así, en las visitas realizadas por The New York Times a los frentes de batalla de Ucrania, el videojuego fue visto y comentado a menudo. Las conversaciones con los soldados ucranianos sobre su afición a World of Tanks arrojaron varias explicaciones sobre el atractivo del juego.

Sin embargo, los soldados de una unidad de aviones no tripulados, en las afueras de la asediada ciudad oriental de Síversk, Ucrania, se sobresaltaron ante la idea de jugar un videojuego tan violento dadas las circunstancias.

“¿Por qué jugaríamos World of Tanks cuando está aquí mismo?”, preguntó un soldado, refiriéndose a la guerra real. En su lugar, juegan FIFA, agregó otro soldado, refiriéndose al popular videojuego de fútbol.

Muchos soldados ucranianos no parecen pensar lo mismo. Durante una visita reciente a su puesto en el frente, Anton, comandante de una compañía de tanques ucraniana atrincherada en las afueras de la ciudad asediada de Avdíivka, mostró imágenes reales de una batalla reciente en su computadora. Su clip favorito era el de un tanque ruso siendo destruido, con el casco estallando en llamas y la torreta saliendo disparada por los aires.

Cuando minimizó el video, en la esquina de su pantalla se pudo ver el ícono del videojuego World of Tanks.

“Me encanta World of Tanks”, dijo, encogiéndose de hombros.

Silver, un soldado ucraniano en una unidad de artillería cerca de la ciudad oriental de Síversk que, como la mayoría, utiliza su distintivo de llamada o nombre de pila para identificarse por razones de seguridad, sabía de la popularidad del juego entre las tropas. Pero asumió que era un pasatiempo que para muchos había comenzado antes de la guerra y que simplemente habían traído al frente.

“Por otro lado, es como una adicción”, afirmó, mientras regresaba de un patio donde un dron ruso casi había destruido uno de los camiones de artillería de cohetes de la brigada unas semanas antes.

Wargaming Group, la compañía que creó World of Tanks, tenía la mitad de sus servidores dedicados a su región rusa y el resto estaba distribuido en Estados Unidos, Europa, Australia y China. Los dos jugadores de World of Tanks con mayores ganancias en torneos de deportes electrónicos de 2011 a 2021 fueron Kirill Ponomarev, un ruso, y Dmytro Frishman, un ucraniano. Los dos hombres estuvieron en una ocasión en el mismo equipo de deportes electrónicos de World of Tanks.

World of Tanks Blitz experimentó un pico de usuarios a mediados de diciembre de 2021, cuando más de 50.000 personas jugaron de forma simultánea, según SteamDB, un servicio disponible públicamente que rastrea a los usuarios de videojuegos que usan la aplicación Steam para jugar. Una semana después de que Rusia invadiera Ucrania en febrero de 2022, ese número se redujo a unos 31.000.

Frishman, de 27 años, quien ahora gestiona un club de juegos en Járkov, Ucrania, dijo que el juego probablemente había perdido popularidad porque Wargaming Group era originario de Bielorrusia y, por lo tanto, era prorruso. Después de la invasión del año pasado, Wargaming Group, ubicado en Chipre desde 2011, anunció que iba a cerrar su estudio en Minsk, Bielorrusia, y a transferir las operaciones allí y en Rusia a una empresa aparte.

Parte de la base de clientes de Frishman en el club de juegos comenzó a conformarse rápidamente de soldados heridos que se recuperaban lejos del frente de batalla y que jugaban títulos violentos como PUBG, Counter-Strike y, por supuesto, World of Tanks.

“Fue realmente difícil para mí comprender por qué estaban jugando estos juegos”, afirmó Frishman la semana pasada. “Pero luego me di cuenta de que se estaban relajando, que estaban jugando con sus amigos”.

Aproximadamente a 193 kilómetros del club, en las afueras de la ciudad oriental de Bajmut, el sonido crujiente de las explosiones digitales y el paso de tanques emanaba de una línea de árboles. Allí, agachados entre la maleza, estaba Honey, un guardia fronterizo convertido en soldado de infantería, y su camarada. Ambos jugaban World of Tanks en sus teléfonos. Su unidad acababa de culminar el entrenamiento después de salir del frente de batalla.

Cuando nos acercamos, reaccionaron como dos mapaches sorprendidos en un bote de basura, ya que soltaron sus teléfonos con vergüenza. Sí, algunos soldados también juegan World of Tanks cerca del frente, dijeron.

Cuando se les preguntó acerca de las similitudes entre la guerra y World of Tanks, Honey afirmó que ambos dependían del trabajo en equipo.

En otro lugar del frente oriental, Vernyhora, que tenía 21 años cuando su tanque fue capturado en video el año pasado combatiendo contra un rival ruso que lo superaba ampliamente en número, se hizo eco de la opinión de Honey.

“Aprendes un poco a trabajar en equipo y a desarrollar tácticas en el juego”, dijo.

“Estoy intentando utilizar las mismas maniobras que en la vida real”, añadió Vernyhora, sentado sobre uno de los tanques T-72 de su unidad, escondido bajo la espesura de varios árboles densos.

Su hábito de World of Tanks se vio frustrado cuando perdió su información de inicio de sesión y, con ella, el acceso a su cuenta. También perdió todos los tanques que había desbloqueado en el juego. Haberse encontrado con un pelotón ruso bien armado había sido bastante malo, pero este revés en el videojuego, bromeó, “fue un desastre”.

Gran parte de la estrategia de World of Tanks se basa en pilotar un tanque en campos de batalla que parecen sacados de la Segunda Guerra Mundial y otros conflictos. Los jugadores dependen de cuán rápidos, fuertes y bien armados estén sus tanques en comparación con los de otros jugadores y, como en las batallas de tanques reales, pueden usar el terreno para ocultar y proteger sus “sprites” blindados.

Pero incluso devotos del videojuego como Honey no dudarían en señalar que en la vida real —especialmente en las trincheras arrasadas por los proyectiles del frente oriental de Ucrania— tienen una estrategia diferente: sobrevivir.

Mientras más te acercas a los bombardeos, dijo Honey, “incluso si hay internet, realmente no quieres jugar”.

Natalia Yermak, Dimitry Yatsenko y Dzvinka Pinchuk colaboraron con este reportaje desde el frente de batalla.

Thomas Gibbons-Neff es corresponsal en Ucrania y previamente fue infante de marina. Más sobre Thomas Gibbons-Neff


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