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Ella es la mujer que quita el polvo al David de Miguel Ángel

FLORENCIA, Italia — Imagina un trabajo que te permita acercarte (acercarte bastante) y tocar a una de las estatuas más famosas del mundo.

Esa es una de las ventajas de ser la restauradora interna de la Galleria dell’Accademia en Florencia, donde la labor de Eleonora Pucci consiste en desempolvar periódicamente el David de Miguel Ángel, algo que describió hace poco como estimulante, si bien algo angustioso.

“Poder contribuir, aunque sea un poco, a la conservación de la belleza del David” hace que su trabajo sea “el mejor del mundo”, afirmó Pucci. “¿Hay algo mejor que transmitir la belleza?”.

Era la madrugada de un lunes reciente, el único día en que la Galleria está cerrada al público, y el repiqueteo del metal resonaba por todo el museo mientras un equipo especializado colocaba un andamio en la espaciosa rotonda que alberga al David. A lo largo de la mañana, la torre se reposicionó con cuidado para que Pucci pudiera llegar a la estatua de cinco metros de altura desde todos los extremos.

Pucci subió con agilidad hasta quedar frente a frente con la estatua que esculpió Miguel Ángel a partir de un solo bloque de mármol entre 1501 y 1504, la primera estatua colosal de un desnudo realizada desde la antigüedad. La Galleria ha sido el hogar del David desde 1873.

El trabajo comienza con la toma de primeros planos fotográficos para llevar un mejor registro del desgaste de la estatua y verificar la cantidad de polvo y residuos (de dimensión microscópica) que se han acumulado en ella desde la última vez que se limpió.

Esto puede cambiar según la estación del año, el número de visitantes y el tipo de ropa que usen. Las fibras microscópicas pueden quedar atrapadas en diminutas telarañas entre los mechones esculpidos del cabello del David. “Es bastante normal”, comentó Pucci con toda naturalidad, y es una razón más para asegurarse de que las obras se vigilen con frecuencia.

Después de eso, comienza a desempolvar.

Con un cepillito de cerdas sintéticas —que, según dijo, “son mejores para atrapar el polvo”—, Pucci comenzó a acariciar la cabeza del David con suavidad, levantando diminutas partículas que fueron retiradas de inmediato por una pequeña aspiradora diseñada para su uso en estatuas y arquitectura de museos. La aspiradora estaba atada a su espalda y recordaba a la mochila de protones de las películas de Los Cazafantasmas.

Se tomó su tiempo (la limpieza del polvo suele durar toda una mañana), con movimientos suaves y de barrido, y en un momento dado acarició la pétrea mejilla del coloso con el dorso de su mano. Después de casi cuatro años de trabajo, le ha tomado cariño a Miguel Ángel y a su genialidad.

Pucci aseveró que desempolvar el David le produce una “gran emoción” y admiración por un artista capaz de crear tal belleza a partir de la piedra. Además, señaló que siente lo mismo cuando desempolva los llamados prisioneros o esclavos de la Galleria, cuatro figuras que diseñó Miguel Ángel para el mausoleo del Papa Julio II, pero que dejó inconclusas.

“En los prisioneros”, comentó Pucci, “puedes ver su técnica, las marcas de su cincel. Te adentras en su proceso mental. Te da una idea de cómo trabajaba el mármol para hacer surgir las figuras que creía que estaban atrapadas dentro de la piedra”.

Aunque le hacen una limpieza seis veces al año, el David no se ha limpiado a profundidad desde 2004, cuando se hizo con motivo de su 500.º aniversario, en medio de una agria disputa sobre el mejor método para realizarlo.

Y aunque el David reciba un trato especial, Pucci dedica buena parte de sus días a asegurarse de que toda la colección del museo se encuentre en perfecto estado. La restauradora revisa los cuadros y los marcos de madera para detectar deformaciones, pintura descascarada y las primeras señales de carcoma.

Todas las obras de arte fueron revisadas recientemente cuando el museo se sometió a una importante renovación “para adaptarlo al siglo XXI”, dijo la directora de la Galleria, Cecilie Hollberg. La renovación coincidió con el confinamiento por la pandemia de 2020, lo que permitió realizar una revisión a gran escala de los sistemas de aire acondicionado, electricidad e iluminación del museo sin causar molestias al público. También se evitó que las obras se ejecutaran por la noche, como se había previsto inicialmente.

La renovación ofreció al museo la oportunidad de “hacer la competencia al David” al exhibir mejor otras piezas de la colección que a menudo acaban siendo la segunda opción después de la obra maestra de Miguel Ángel, dijo Hollberg.

“Quería dar a cada pieza lo que le corresponde, para equilibrar el museo”, dijo.

La inauguración en septiembre de la colección de modelos en yeso del escultor del siglo XIX Lorenzo Bartolini convirtió a la Galleria en “algo de lo que los florentinos estén nuevamente orgullosos”, dijo Hollberg.

A poca distancia, pasando la famosa catedral renacentista de Florencia hasta la Piazza della Signoria, la plaza principal de la ciudad, los restauradores le estaban dando una limpieza más completa a una réplica del David que se instaló en 1910.

La réplica se hizo para sustituir a la original (encargada por la República de Florencia en 1501 como símbolo de su libertad y autonomía) después de que la trasladaron en el siglo XIX en medio de preocupaciones por su conservación. La Galleria dell’Accademia se construyó para albergar a la estatua.

Aquí, los restauradores también se subieron a los andamios para fijar mejor las compresas de celulosa en los brazos, la espalda y las nalgas de la estatua.

Las compresas, empapadas en productos químicos no tóxicos, se utilizan para eliminar los contaminantes y matar el musgo, las algas y los líquenes que pueden formarse en el mármol debido a su exposición constante al clima. Al estar al aire libre, la estatua también está sujeta a cierta erosión por el viento, aunque está protegida de manera parcial por el Palacio Viejo, el ayuntamiento de Florencia, que se encuentra a sus espaldas.

Linda Bartolozzi, una de las restauradoras, explicó que, una vez que la estatua esté limpia, se va a retocar de ser necesario y luego se va a recubrir con un producto protector que la ayude a resistir la intemperie. “Pero está en buen estado”, añadió.

En marzo, Bartolozzi y su equipo tuvieron que realizar una intervención de emergencia después de que un hombre le prendió fuego a una sábana negra que el alcalde de Florencia, Dario Nardella, había colocado sobre la réplica del David para protestar por la guerra en Ucrania. El material de la sábana era sintético, por lo que se derritió y dejó algunos restos sobre la estatua, explicó Bartolozzi.

Giorgio Caselli, el arquitecto que supervisa el mantenimiento de las obras de arte que están al aire libre en Florencia, comentó que el vandalismo era la primera causa de daños en las estatuas de la ciudad.

“Los humanos, los vándalos, son quizá el problema principal para el patrimonio cultural de una ciudad como Florencia”, señaló. “Hay una falta de civilidad demasiado elevada”.

Caselli se refirió a las pintadas casi diarias con grafiti en los palacios, a los turistas que utilizan las fuentes como sus baños y a los revoltosos aficionados al fútbol que visitan la ciudad con motivo de un partido. “Estos son los ataques más agresivos en este momento”, comentó.

Caselli añadió que el mantenimiento de los monumentos municipales sigue un calendario programado y que, a pesar del ataque, el programa de la réplica del David no se había alterado. Por supuesto, la limpieza habitual del polvo no está en ese calendario, indicó.

“La lluvia se encarga de eso”, concluyó.

Elisabetta Povoledo escribe sobre Italia desde hace tres décadas y trabaja para el Times y sus filiales desde 1992. @EPovoledo • Facebook


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