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El aspartamo es una posible causa de cáncer, según una agencia de la OMS

Una agencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS, por su sigla) declaró el jueves que el aspartamo, un endulzante artificial utilizado de forma considerable en bebidas dietéticas y alimentos bajos en azúcar, podría posiblemente causar cáncer.

Sin embargo, un segundo comité de la OMS se mantuvo firme en su evaluación sobre el nivel seguro de consumo de aspartamo. Según algunos cálculos que utilizan el estándar del panel, una persona que pesa 68 kilogramos podría beber alrededor de una decena de latas de refresco de dieta al día y aun así evitar el riesgo de cáncer.

La declaración de una agencia de la OMS sobre la asociación de riesgo de cáncer con el aspartamo representa la primera vez que el destacado organismo internacional ha sopesado en público los efectos del endulzante artificial prácticamente omnipresente. El aspartamo ha sido un ingrediente polémico durante décadas.

El Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC, por su sigla) declaró que basó su conclusión de que el aspartamo era un posible carcinógeno en evidencia limitada de tres estudios observacionales en humanos que, según la agencia, vinculó el consumo de bebidas endulzadas artificialmente con un incremento en los casos de cáncer de hígado: a niveles muy por debajo de una decena de latas al día. Advirtió que los resultados podrían estar potencialmente sesgados hacia el perfil de las personas que beben mayores cantidades de bebidas dietéticas, y solicitó que se hicieran más estudios.

Aún así, según Francesco Branca, director del Departamento de Nutrición e Inocuidad de los Alimentos de la OMS, las personas que consumen grandes cantidades de aspartamo deberían considerar cambiar su consumo a agua u otras bebidas no endulzadas.

Sin embargo, agregó: “Nuestros resultados no indican que el consumo ocasional deba representar un riesgo para la mayoría”.

Las preocupaciones sobre el aumento de las tasas mundiales de obesidad y diabetes, así como los cambios en las preferencias de los consumidores, han generado una explosión de alimentos y bebidas sin azúcar o con bajo contenido de azúcar. El aspartamo, uno de los seis endulzantes aprobados por los reguladores estadounidenses, se encuentra en miles de productos, desde paquetes de Equal hasta chicles sin azúcar, refrescos dietéticos, tés, bebidas energéticas e incluso yogures. También se utiliza para endulzar diversos productos farmacéuticos.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés), la cual aprobó el aspartamo hace décadas, emitió el jueves una crítica inusual a los hallazgos de la agencia global y reiteró su posición tradicional de que el endulzante es seguro. En un comunicado, la FDA afirmó que “no está de acuerdo con la conclusión del CIIC de que estos estudios respaldan la clasificación del aspartamo como un posible carcinógeno para los humanos”.

La FDA también afirmó que el hecho de que “el aspartamo sea etiquetado por la OMS como ‘posiblemente cancerígeno para los humanos’ no significa que el aspartamo esté en realidad vinculado con el cáncer”. La FDA se negó a que alguno de sus expertos estuviera disponible para entrevistas para discutir las preocupaciones específicas de la agencia.

Sin embargo, su descarga contra la organización internacional sin duda encendió un mayor debate en Europa –donde el endulzante todavía se considera seguro– y renovó la revisión en Estados Unidos. Además, lo más probable es que los pronunciamientos encontrados de las agencias globales generen confusión entre los consumidores.

En varias ocasiones, la OMS ha estado fuera de sintonía con otras autoridades sobre los riesgos potenciales de cáncer, como el glifosato, y posteriormente abrió el camino para establecer que era peligroso para la salud humana. La designación que hizo el órgano internacional de un vínculo canceroso con ese ingrediente en el herbicida Roundup, se convirtió en el trampolín para las demandas contra los fabricantes del herbicida.

En todo el mundo, la poderosa industria de las bebidas ha luchado durante mucho tiempo contra cualquier hallazgo científico o regulatorio que relacione el uso de edulcorantes artificiales con los riesgos de cáncer u otros problemas de salud. El aspartamo es solo el más reciente campo de batalla para que las empresas multinacionales se resistan a nuevos estudios o a posibles vínculos con riesgos para la salud.

“El aspartamo es seguro”, aseguró a través de un comunicado Kevin Keane, presidente interino de la Asociación Estadounidense de Bebidas. Citó los anuncios en conflicto de la OMS, y destacó al segundo panel, el Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios, el cual realizó una revisión simultánea y dejó sin cambios la cantidad de ingesta diaria recomendada. También consideró que la evidencia de cáncer en humanos “no es convincente”, según reveló una reseña de la OMS.

“Después de una revisión rigurosa, la Organización Mundial de la Salud considera que el aspartamo es seguro y que ‘no hay razón suficiente para modificar la ingesta diaria aceptable previamente establecida’”, afirmó Keane. “Esta contundente conclusión refuerza la posición de la FDA y de las agencias de seguridad alimentaria de más de 90 países”.

Coca-Cola remitió las preguntas a la Asociación Estadounidense de Bebidas y PepsiCo no respondió a las solicitudes de comentarios.

La inocuidad de los reemplazos del azúcar, incluida la disputa científica de décadas sobre el uso de la sacarina en la bebida dietética Tab, ha sido objeto de un intenso escrutinio. Cuando se le vinculó con el cáncer de vejiga en ratas, el Congreso ordenó un mayor estudio de la sacarina. Desde entonces, según la FDA, 30 estudios mostraron que los resultados con roedores no aplicaban a los humanos; los funcionarios estadounidenses eliminaron la sacarina de una lista de posibles carcinógenos. Más recientemente, otros endulzantes han sido objeto de escrutinio por sus vínculos con posibles riesgos para la salud.

En el centro de la disputa sobre el aspartamo se encuentran los estudios en roedores realizados entre 2005 y 2010 por investigadores radicados en Italia que mostraron un vínculo con el cáncer. La FDA ha descartado los estudios largamente debatidos y los ha calificado como “vulnerados”.

William Dahut, director científico de la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer, que dirigió uno de los estudios clave en los que se apoyó la OMS, dijo que los hallazgos deben considerarse junto con el informe de la OMS emitido a principios de este año, el cual indicó que los endulzantes artificiales no ayudaban a bajar de peso ni a la protección contra otras afecciones crónicas.

Dahut afirmó que había poca evidencia en la actualidad que sugiriera que una Coca-Cola Light diaria elevara el riesgo de cáncer, y agregó que “se necesita más investigación”. En general, dijo, la ciencia era más concluyente sobre la reducción del riesgo de cáncer al evitar el tabaco, el alcohol, la carne procesada y el exceso de masa corporal.

El CIIC afirmó que no podía descartar la posibilidad de que los estudios que relacionan el aspartamo con el cáncer de hígado fueran el resultado de la casualidad u otros factores asociados con el consumo de refrescos de dieta.

La agencia que estudia el cáncer de la OMS tiene cuatro categorías: cancerígeno, probablemente cancerígeno, posiblemente cancerígeno y sin clasificación. Los niveles reflejan la solidez de la ciencia en lugar de la probabilidad de que la sustancia cause cáncer.

El otro grupo de la OMS enfocado en aditivos alimentarios recomendó que el consumo diario debe ser inferior a 40 miligramos de aspartamo por kilogramo de peso de una persona, un poco más bajo que el nivel sugerido en Estados Unidos de 50 miligramos.

La FDA dijo que había estimado que una persona que pesaba 60 kilogramos necesitaría consumir 75 paquetes de edulcorante aspartamo para alcanzar el umbral de exposición a un riesgo potencial.

Para su análisis del aspartamo, el CIIC reunió a 25 expertos en cáncer de 12 países en Lyon, Francia, para realizar la revisión de los estudios existentes. Llegó a la conclusión de que había evidencia limitada de cáncer en humanos basada en tres estudios que relacionaban las bebidas endulzadas artificialmente con aumentos en el carcinoma hepatocelular, el tipo más común de cáncer de hígado.

Un estudio en 2016 dirigido por funcionarios de la OMS observó a casi 500.000 personas en Europa, las cuales fueron monitoreadas durante unos 11 años. El estudio rastreó la ingesta de jugos y refrescos de los participantes y la relación con los cánceres de hígado y vías biliares. Examinó a quienes bebieron refrescos endulzados artificialmente y descubrió que cada porción adicional de refresco dietético a la semana se asociaba con un aumento del 6 por ciento en el riesgo de cáncer de hígado.

Un estudio estadounidense publicado el año pasado por investigadores de la Universidad de Harvard, la Universidad de Boston y el Instituto Nacional del Cáncer examinó el consumo de bebidas endulzadas informado por personas en cuestionarios y registros de casos de cáncer. Los investigadores encontraron un riesgo elevado de cáncer de hígado en personas con diabetes que declararon consumir dos o más refrescos endulzados artificialmente al día. Ese estudio no halló un aumento en el cáncer de hígado entre los bebedores de refrescos dietéticos que no tenían diabetes.

Un tercer estudio, dirigido por la Sociedad Estadounidense del Cáncer, examinó el uso de bebidas endulzadas con azúcar y edulcorantes artificiales y los datos de muerte por cáncer. Encontró un aumento del 44 por ciento en el cáncer de hígado entre los hombres que nunca fumaron y que bebieron dos o más bebidas endulzadas artificialmente al día. Incluso haciendo ajustes por alta masa corporal –que en sí misma es un factor de riesgo de cáncer– los hombres tuvieron un incremento del 22 por ciento en el riesgo, según muestran los datos en un suplemento del estudio.

La Asociación Estadounidense de Bebidas, que representa a Coca-Cola y PepsiCo, ha expresado abiertamente que el panel de la OMS enfocado en aditivos alimentarios –no los expertos en cáncer– debían ser la autoridad principal que evalúe el aspartamo.

En las últimas semanas, el grupo comercial de la industria de bebidas financió una nueva coalición encabezada por Alex Azar, designado por el expresidente Donald J. Trump, y Donna Shalala, designada por el expresidente Bill Clinton. Tanto Azar como Shalala son exsecretarios del Departamento de Salud y Servicios Humanos. En un artículo de opinión en Newsweek a principios de este mes, los dos se alinearon con la posición de la FDA sobre la seguridad del aspartamo y llamaron a la agencia “el modelo de referencia mundial para los órganos reguladores independientes”.

El grupo comercial había impugnado previamente otra revisión de los vínculos potenciales del aspartamo con el cáncer en California. En 2016, un comité estatal discutió la posibilidad de examinar el aspartamo, pero no avanzó en ello.

Los funcionarios de California declararon esta semana que el estado podría revisar la más reciente decisión de la OMS.

Además del aspartamo, la agencia enfocada en el cáncer de la OMS ha considerado otros posibles carcinógenos que van desde los aparentemente benignos, como el extracto de ginkgo biloba y el de la hoja de aloe vera, hasta los más preocupantes, como los gases de escape de la gasolina y el ácido perfluorooctanoico, los químicos industriales más comunes conocidos como sustancias de perfluoroalquilo y polifluoroalquilo, o PFAS, que recientemente han sido objeto de arreglos judiciales multimillonarios por la contaminación del agua potable.

Al considerar al aspartamo como un posible carcinógeno, el CIIC también se sumergió en una de las controversias centrales de la investigación del aspartamo. Concluyó que existían algunas evidencias de cáncer en animales de laboratorio según los estudios realizados por el Instituto Ramazzini en Italia. Citaron el hallazgo del grupo de un aumento de tumores en los estudios de aspartamo de mediados de la década de 2000. Sin embargo, a partir de algunas preocupaciones sobre los métodos e interpretaciones del grupo, los hallazgos se consideraron limitados.

Por su parte, el Instituto Ramazzini declaró en 2021 que su trabajo sobre el aspartamo había sido validado y que sus hallazgos anteriores fueron “salvajemente atacados por las industrias de fabricación de productos químicos y alimentos procesados y por sus aliados en las agencias reguladoras”.

Francesco Branca, de la OMS, respondió a las preguntas sobre la necesidad de una revisión del CIIC durante una conferencia de prensa el miércoles, donde afirmó que 10 millones de personas mueren de cáncer cada año. “Entonces hay una preocupación social a la que nuestra organización debe responder”, dijo.

Branca afirmó que los resultados habían demostrado una clara necesidad de nuevas investigaciones de alta calidad.

“En cierto sentido hemos levantado una bandera aquí para indicar que necesitamos aclarar mucho más la situación”, dijo Branca. “No es algo que podamos descartar en este momento”.

Julie Creswell colaboró con este reportaje.

Christina Jewett cubre a la Administración de Alimentos y Medicamentos. Es una galardonada periodista de investigación con un gran interés en determinar cómo el trabajo de la FDA afecta a las personas que utilizan productos regulados. Más sobre Christina Jewett


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