RÍO DE JANEIRO — Entre los primeros brasileños que votaron el domingo estaban los candidatos Jair Bolsonaro, actual presidente, y su contrincante de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva.
Bolsonaro acudió a emitir su voto tan pronto como abrieron las puertas de su mesa de votación en una zona campestre en el poniente de Río de Janeiro donde viven muchos oficiales militares. Bolsonaro, quien fue capitán del Ejército, solía vivir en esa localidad y durante años ha votado ahí.
Vestía una camisa amarillo encendido con la leyenda “Brasil”, a tono con la vestimenta patriótica que se ha convertido en símbolo de su movimiento. Para mostrar apoyo al presidente, sus seguidores usan los colores verde y amarillo de la bandera brasileña así como las camisetas del equipo de fútbol nacional.
Debajo de su camiseta, Bolsonaro parecía llevar un chaleco protector, que en semanas recientes ha estado usando en los eventos de campaña. Semanas antes de la primera vuelta de votación en 2018, a Bolsonaro lo apuñalaron en el estómago en un mitin muy concurrido y desde entonces ha tenido problemas de salud relacionados con ese incidente.
“Nuestra expectativa es una victoria por el bien de Brasil”, le dijo a los periodistas en un breve comentario, rodeado de guardias de seguridad. “Solo tenemos buenas noticias, y saldremos victoriosos”.
Alrededor de una hora después, Da Silva, conocido universalmente con Lula, votó en una ciudad de clase obrera en São Paulo, donde surgió como líder sindical hace décadas, lo que lanzó su carrera política.
Con una camisa blanca de botones, posó para fotografías luego de votar, mostró una “L” con los dedos —un símbolo de su campaña— y besó la papeleta que los electores reciben luego de emitir su voto.
“Este país, desafortunadamente, ha ido en retroceso”, le dijo a los periodistas. “Y ahora tenemos que impulsarlo para adelante otra vez. Pero no solo para parte de la sociedad. Tenemos que hacerlo como un todo”.