Catar nunca había clasificado a un Mundial por sus propios méritos. La Liga de las Estrellas de Catar es una de las más ricas de la región, con estadios de última generación con aire acondicionado. No obstante, los espectadores de los equipos como el Al Sadd y el Al Rayyan suelen rondar los cientos y no los miles. Los organizadores se preguntaron: ¿quién llenará los estadios cuando juegue Catar? ¿Quién pondrá la banda sonora?
La respuesta: aprovechar una cultura de ultras que ya era fértil en la región e importarla.
Sin embargo, esa misma cultura no encaja con la realidad comercializada del Mundial de Catar. El código de la cultura de los ultras es antagónico y profundamente contestatario y está en constante conflicto con la policía y los medios de comunicación. En el Medio Oriente y el norte de África, los ultras también han tenido influencia política: los ultras egipcios desempeñaron un papel clave en la Primavera Árabe de 2011 que derrocó al presidente Hosni Mubarak y tenían tal poder y popularidad en las calles que uno de los sucesores de Mubarak, Abdulfatah el Sisi, los prohibió tras llegar al poder con un golpe de Estado.
Los cánticos creados en las gradas de Túnez, Argelia, Marruecos y Líbano también han sido la banda sonora de protestas antigubernamentales. No obstante, dentro de los estadios, pueden llenar de pasión, color y sonido hasta los espacios más estériles.
Por lo tanto, en abril se organizó un evento de prueba en Beirut, la capital de Líbano. Cientos de estudiantes libaneses y aficionados de un club local, el Nejmeh, fueron reclutados para realizar un video a manera de prueba de concepto en el estadio Ciudad Deportiva Camille Chamoun, donde recrearon el ambiente que puede producir un grupo de ultras. El video muestra a cientos de hinchas mientras entonan cánticos, despliegan pancartas y encienden juegos pirotécnicos.
Habían llevado a un capo, término utilizado para designar a un aficionado que dirige los cánticos, del principal grupo de ultras del club turco Galatasaray para que organizara. El Galatasaray también había sido identificado a propósito, pues es una de las escenas ultras más respetadas del mundo. Sin embargo, los libaneses dijeron que no necesitaban supervisión.
“¡No! ¡Ya se los demostramos!”, dijo el viernes un ultra libanés. Se negó a dar su nombre completo, una práctica habitual en la escena ultra y se indignó ante la idea de que le tuvieran que enseñar a organizar una barra. Mencionó que los ultras turcos “iban a venir a Catar, pero los sorprendimos; llevamos mucho tiempo haciendo esto”.
El video impresionó a la gente adecuada en Doha. De boca en boca, se les ofreció un acuerdo extraordinario a los jóvenes aficionados libaneses: vuelos, alojamiento, entradas para los partidos y comida gratis, además de un pequeño salario, para llevar un poco de la cultura ultra a los partidos de la Copa Mundial de Catar. Los aficionados llegaron a mediados de octubre para ensayar sus coreografías y cánticos recién escritos.