NY Report News
Image default
Sin categoría

Elon Musk mandó el peor correo que puede enviar un jefe

Musk, sin embargo, con sus antecedentes de disolver sindicatos y sus despidos implacables a quienes no están de acuerdo con él, es como un jefe en esteroides y su idea de que hay que ser “extremadamente hard core” no solo no está en sintonía con el humor general, sino que además deja al descubierto un viejo modelo de liderazgo que estamos tratando de superar. Al parecer, los empleados de Twitter estuvieron de acuerdo con eso: más o menos 1200, o casi la mitad de la fuerza laboral que le quedaba a la empresa, decidió no aceptar su compromiso de ser “hard core”, lo cual puso en duda si Twitter sobreviviría. Musk ya enfrenta al menos una demanda por el llamado a la extrema intensidad, presentada por empleados con discapacidad que consideraban que la política suscitaría discriminación en su contra.

Puede que hard core sea un término que solemos asociar con la pornografía explícita, o el slam en los conciertos, o, usada como sustantivo, con la gente renuente al cambio, pero es una de las frases favoritas de Musk. La ha usado para referirse a sus esfuerzos en SpaceX y la necesidad de sus empleados de esforzarse para controlar los costos en Tesla (otra empresa donde se hizo famoso por dormir en el suelo) y como parte de un esfuerzo de reclutamiento para litigantes corporativos, o sea, “peleadores callejeros hardcore”. Pero buena parte de eso, claro, sucedió en los días hard core de nuestras vidas prepandémicas, cuando “girlboss” (ser la jefa) todavía era un cumplido y la idea de que “nunca nadie cambió el mundo en 40 horas a la semana” —otro muskismo— era un eslogan que (casi todos) celebraban.

Qué rápido puede cambiar el humor.

Incluso antes de la pandemia, muchos oficinistas estadounidenses habían comenzado a replantearse su relación con el trabajo. La persistente desigualdad salarial, la prevaleciente discriminación racial y de género, el desencanto con la promesa del capitalismo… la “cultura del esfuerzo personal” era un lema atractivo, pero ¿de verdad valía la pena?

Estos días, la mentalidad de despertar y de inmediato ponerse a trabajar que apenas hace un par de años estaba vigente ha sido remplazada por la de dormir hasta tarde (el descanso es resistencia, ¿no sabían?). Circulan titulares sobre nuestra revolución colectiva contra el culto a la ambición y las “renuncias silenciosas”, la frase que describe hacer lo mínimo necesario en el trabajo (o, digamos, verlo solo como un trabajo), que al parecer describe a la mitad de la fuerza laboral estadounidense, según una reciente encuesta de Gallup. Los jóvenes han convertido en memes sus sentimientos antilaborales y proclaman que no sueñan con ir a trabajar en pegajosas canciones de TikTok o en Reddit, con el lema: “Desempleo para todos, no solo para los ricos”.

¿Y por qué no lo harían? El agotamiento laboral es una crisis nacional. Según una encuesta reciente de la firma de investigación Gartner, casi dos terceras partes de los empleados dijeron que la pandemia los había hecho cuestionarse la función que debiera tener el trabajo en sus vidas y la Society for Human Resource Management informa que más de la mitad de los jefes estadounidenses salen del trabajo sintiéndose exhaustos al terminar el día. Entonces, tal vez no sea una sorpresa que los esfuerzos para sindicalizarse estén presentes en todo el país, con miras no solo a salarios más generosos, sino también a que haya mejores condiciones laborales en general.

Enlace a la fuente

Notas relacionadas

La fauna silvestre sufre un descenso en el mundo

NY Report News

Política, policía y pozole: la batalla por Sunset Park

NY Report News

Productos de uso diario contienen sustancias tóxicas, según estudio

NY Report News