Todo eso cambió en su última declaración.
Esta vez, los ingresos de Trump se reportaron en rangos amplios, que es todo lo que requiere la legislación federal.
Por ejemplo, Trump informó que los ingresos de Mar-a-Lago, su complejo turístico del sur de Florida, ascendieron a un total de 24,2 millones de dólares en 2020, un aumento del 13 por ciento en comparación con el año anterior. En su último informe, reportó que el complejo obtuvo “más de cinco millones de dólares”, la declaración más elevada en el expediente, cosa que en definitiva les dificulta a los electores tener una idea clara de sus finanzas.
La divulgación muestra una lista mucho más extensa de acciones individuales y bonos por parte de Trump, a través de varias cuentas de inversión, por un total de varios cientos de millones de dólares en fondos adicionales invertidos, según los rangos de valores proporcionados. La presentación enumera las participaciones en cientos de acciones y bonos, incluidos petróleo y gas, servicios eléctricos, bancos, atención médica, compañías farmacéuticas, contratistas militares y muchos otros sectores.
Esto refleja, en parte, los nuevos ingresos que obtuvo Trump a través de la venta el año pasado del Trump International Hotel en Washington y la refinanciación de hipotecas sobre dos valiosos edificios de oficinas controlados por Vornado Realty Trust en los que Trump tiene una participación, uno en Manhattan y el otro en San Francisco. Cuando estos préstamos fueron refinanciados, resultó en un gran pago para la familia Trump.
El viernes, Eric Trump, quien ayuda a administrar la empresa familiar, dijo en un comunicado que la declaración financiera mostraba una compañía diversificada de bienes raíces y medios de comunicación relativamente saludable. “Contamos con una enorme liquidez y mantenemos una deuda increíblemente reducida en relación con el valor de nuestros activos”, señaló en el comunicado.