El jueves, el Departamento del Trabajo de Estados Unidos denunció un incremento nacional en trabajo infantil al anunciar que los inspectores de la agencia encontraron miles de violaciones y estaban investigando un matadero en Misisipi donde se registró la muerte de un adolescente de 16 años originario de Guatemala este mes.
La actualización ocurrió después de una audiencia celebrada el 26 de julio en la que legisladores de ambos partidos acusaron al secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por su sigla en inglés), Xavier Becerra, de fracasar en su deber de proteger a los niños migrantes de la explotación. La agencia que lidera tiene la misión de liberarlos en condiciones de vida seguras después de que cruzan la frontera sin compañía.
“Están pasando cosas terribles e injustas”, le dijo Anna G. Eshoo, representante demócrata por California. “Al final del día, como secretario del HHS, la responsabilidad es suya”.
Alrededor de 300.000 menores han llegado al país sin compañía desde 2021, lo que ha impulsado un gran aumento en el trabajo infantil entre migrantes. En un informe en línea, el Departamento del Trabajo anunció un incremento del 87 por ciento en multas a empleadores en los últimos meses. Compañías que incluyen instalaciones de aserraderos y contratistas de techado han recibido el impacto de 6,6 millones de dólares en sanciones.
El departamento informó que los inspectores estaban investigando más de 700 casos abiertos y ya habían hallado a 4474 niños trabajando de manera ilegal desde el inicio del año fiscal (un aumento del 44 por ciento en comparación con el año previo).
La secretaria interina del Trabajo, Julie Su, aseguró que el gobierno “estaba haciendo todo el esfuerzo posible por erradicar el trabajo infantil explotador”.
La agencia se comprometió a reforzar el cumplimiento de la ley y crear un grupo especializado en trabajo infantil en febrero, días después de que The New York Times informó que menores no acompañados estaban siendo obligados a realizar algunos de los trabajos más duros del país.
El Times descubrió casos de adolescentes de 12 años que trabajaban en la construcción, menores que con 13 años lavaban sábanas de hoteles y algunos de 15 que empacaban cereales Cheerios en el turno nocturno. Las autoridades le entregaron un chico a un hombre en Florida que prometió inscribirlo en la escuela, pero en cambio lo amenazó y le exigió dinero. “No me jodas”, escribió el patrocinador, y añadió una obscenidad diciéndole que no significaba nada para él.
El sistema de refugios del HHS entregó estos menores a patrocinadores. Se supone que la agencia debe vincular a los niños con adultos responsables. A medida que más y más menores comenzaron a ingresar al país después de que el presidente Joe Biden asumiera el cargo, su gobierno incrementó la presión para que la institución asignara lugares de acogida a los menores con mayor rapidez. Eliminó protecciones que habían estado vigentes durante años, incluidas algunas verificaciones de antecedentes, y Becerra exhortó a los miembros de su personal a actuar con la misma velocidad que una línea de ensamblaje de Henry Ford.
El 26 de julio, el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes cuestionó a Becerra durante tres horas sobre la cifra creciente de niños que han sido afectados por la explotación.
Los legisladores también insistieron en que hablara sobre los casos de represalias contra denunciantes. Algunos trabajadores aseveraron que intentaron advertirle a Becerra y a la Casa Blanca que los niños migrantes estaban siendo enviados a hogares no seguros, pero que fueron castigados por expresarse. Una trabajadora indicó que su acceso a las instalaciones fue revocado durante su hora de almuerzo después de que alertó sobre un joven de 14 años cuyo patrocinador le hizo trabajar para pagar una deuda.
“Gracias a The New York Times, sabemos que se le informó que los menores estaban en riesgo”, dijo la presidenta del comité Cathy McMorris Rodgers, representante republicana por Washington. “El pueblo estadounidense debe saber cómo fue posible que haya ignorado estas señales de advertencia”.
Becerra dijo a los legisladores que su departamento estaba incrementando sus servicios para menores, y declaró: “Esto es real, es repulsivo y es inaceptable”.
Un nuevo equipo de rendición de cuentas en el HHS intentará detectar problemas en el proceso de evaluación de los patrocinadores. Durante años, la agencia entregaba a la mayoría de los menores con poco seguimiento más allá de una llamada telefónica. Sin embargo, ahora, el departamento afirma que se está preparando para brindar servicios de administración de casos a todos los menores para 2024.
Legisladores de ambos partidos han presentado proyectos de ley para aumentar las sanciones civiles por violaciones relacionadas con el trabajo infantil. Sin embargo, estos esfuerzos se han estancado en medio de una falta de consenso partidista y los políticos han comenzado a buscar otras formas de ejercer presión. La semana pasada, los demócratas de la Cámara de Representantes lanzaron un grupo de trabajo para combatir el trabajo infantil y también solicitaron una auditoría federal para cuantificar el alcance del problema.
El Departamento del Trabajo señaló que continuará enfocándose en encontrar a las compañías que emplean a trabajadores infantiles y que también seguirá responsabilizando a las marcas, no solo a sus fabricantes y agencias de contratación de personal. La institución ha intensificado su uso de la disposición legal de “bienes ilegales”, la cual puede prohibir cualquier transporte interestatal de productos cuando hubo trabajo infantil de por medio. El departamento usó la regla el mes pasado en una fábrica de Minnesota operada por Monogram Meat Snacks, un proveedor nacional de carne seca.
En un comunicado, Monogram declaró que había “despedido de inmediato a los dos trabajadores que no eran aptos” y que había realizado “cambios en toda la empresa” para prevenir el trabajo infantil en el futuro.
El año pasado, un estudiante de bachillerato de Centroamérica le relató al Times que muchos adolescentes trabajaban en Monogram a su llegada a Estados Unidos hasta que podían encontrar mejores empleos. Comentó que él mismo trabajó allí, hasta que encontró un trabajo mejor pagado en el que cortaba tablas de madera todas las noches hasta las cinco a. m. Necesitaba el dinero extra para pagar los meses de renta que le debía a su patrocinador.
Hannah Dreier es una periodista ganadora del Premio Pulitzer que forma parte del equipo de investigaciones. Puedes contactarla a través de hannah.dreier@nytimes.com. Más sobre Hannah Dreier