Matheus Gustavo llegó a su segundo día de trabajo en una tienda de gorras de Río de Janeiro luciendo una gorra negra de los Yankees de Nueva York. Su nuevo oficio, en general, consistía en vender gorras de los Yankees. En los aparadores que lo rodeaban, aproximadamente tres de cada cuatro gorras promocionan al equipo de béisbol del Bronx.
Sin embargo, Gustavo quería admitir algo. Dijo que durante años había usado una gorra de los Yankees, “pero nunca supe la verdadera razón de la NY”.
Cuando se le dijo que los Yankees eran un equipo de béisbol, el joven de 23 años pareció poco impresionado. “Ah”, respondió. “Aquí es más de fútbol”.
Pero se queda corto. En Brasil, el fútbol es la vida, y el béisbol confunde. Pero al pasar unos días en cualquiera de las metrópolis brasileñas, o en otras ciudades, queda claro que, a pesar de todo, la gorra de los Yankees quizá sea la prenda de moda en el país.
Está omnipresente en las playas de Río y en los bares de São Paulo. Se veía en las cabezas de algunos manifestantes de derecha que exigían un golpe militar para derrocar al presidente izquierdista de Brasil. Y el mes pasado, colgaba de un árbol, desgarrada y embarrada, en una mina de oro ilegal en lo más profundo de la selva amazónica.
Pero no hay que esperar que muchos brasileños sepan qué significa.
“¿Es fútbol americano? ¿O es una marca?”, dijo Carlos Henrique, de 20 años, mientras vendía gorras de los Yankees en una estructura metálica que cargaba en la playa de Ipanema en Río. En cualquier caso, era su producto más vendido. “Solo sé que llama la atención”, dice. “Y le queda bien a todo el mundo”.
Más que cualquier otra parafernalia deportiva, la gorra de los Yankees se ha convertido en una tendencia de moda propia, desvinculada del deporte o del equipo al que representa. Gracias a su protagonismo en videos de hip-hop, el apoyo de famosos y las colaboraciones con Gucci y Supreme, la gorra se ha globalizado por completo, cruzando fronteras y llegando a países en los que las menciones a Babe Ruth y Aaron Judge suscitan miradas inexpresivas, por no hablar de tratar de explicar el “Evil Empire”.
Esta semana, los Yankees vuelven a jugar al béisbol, y los aficionados neoyorquinos se pondrán las gorras para mostrar su lealtad. Pero para muchas otras personas en lugares como Brasil, China y África, la insignia entrelazada de NY seguirá siendo simplemente una pieza clásica de la cultura popular estadounidense, un símbolo de estatus o un emblema genérico —quizá chic— de Occidente.
“El logotipo es muy elegante y, en mi opinión, sofisticado”, dijo Natalia Monsores, de 40 años, mientras observaba una pared de gorras de los Yankees en una tienda en un centro comercial de lujo que pertenece a New Era, la empresa de Buffalo, Nueva York, que fabrica las gorras oficiales de los Yankees. “Es el símbolo de la marca, ¿cierto? New Era”, respondió cuando se le preguntó qué significaba el logotipo. “Estás enviando una señal que dice: ‘Estoy usando algo de calidad’”.
Isabel Cunha, una publicista de 26 años que estaba usando una gorra de los Yankees mientras desayunaba en Río, admitió que ella tampoco estaba muy segura de saber qué es lo que llevaba puesto. “Creo que es bonito”, dijo. Cuando se le dijo que era de un equipo deportivo, respondió: “¿Es básquetbol?”.
Artur Regen supervisa las ventas de New Era en Brasil. Según él, esa marca lidera la comercialización de gorras oficiales de las Grandes Ligas en Brasil y es la única con licencia. “El 98 por ciento de los brasileños no saben que es un equipo de béisbol”, afirma. “Nueva York es cool y quieren ser asociados con eso”.
New Era vende gorras de los Yankees en casi 150 países, dijo Regen. Desde que entró en Brasil en 2010, la compañía ha añadido más de 2000 tiendas asociadas y 150 tiendas franquiciadas. En los últimos dos años, las ventas se han duplicado.
Este mes, en dos tiendas New Era de Río las vitrinas estaban cubiertas por decenas de variaciones de gorras de los Yankees: colores que no combinan, diseños sutiles, rasgaduras, rayas, camuflaje, mallas. También había algunas gorras de Los Angeles Dodgers. Y otros equipos estadounidenses tenían una gorra cada uno. La otra gorra de Nueva York —la de los Mets— no se veía.
“Camina por cualquier playa de Brasil y el 90 por ciento de las gorras New Era que verás probablemente serán de los Yankees”, dijo Regen. Cuatro trabajadores de las dos tiendas dijeron que nueve de cada 10 gorras vendidas eran de los Yankees.
¿Qué opina Regen, quien lucía una camiseta de los Yankees cuando fue entrevistado para este artículo, sobre el béisbol? “En lo personal”, dijo, “no lo entiendo”.
Ese suele ser el comentario general sobre el béisbol en todo Brasil: todo el mundo había oído hablar de él; algunos lo habían visto; pero nadie lo entendía.
“Ni siquiera podemos entender cómo un deporte como ese tiene tanto éxito”, dijo João Ricardo Santos, un director artístico de Río, que estaba comprando una gorra de béisbol en el centro de la ciudad. En Estados Unidos, el béisbol “llena los estadios y el fútbol no”, dijo. “Para nosotros, eso no tiene ningún sentido”.
Santos compró su primera gorra de los Yankees hace más de una década: una versión en rojo y blanco que buscó después de ver que la usaba el cantante estadounidense Chris Brown.
Ahora ve muchas más gorras de los Yankees en Brasil, lo que atribuye a la creciente influencia estadounidense impulsada por internet. “Con YouTube, la gente no solo escucha la música. Ven el video, ven cómo se viste el artista”, explica. “La gente quiere sentir que pertenece a algo. Así que las marcas desempeñan este papel, y la gorra de los Yankees forma parte de eso”.
En 2009, Jay-Z rapeó: “Ningún Yankee ha hecho tan famosa la gorra de los Yankees como yo”. Pero aunque él y otros artistas han contribuido a desencadenar la tendencia, ahora son los brasileños famosos quienes llevan la antorcha. Entre ellos están los funkeiros —los artistas que tocan funk brasileño, una cruda derivación del hip-hop— y los influentes de las redes sociales.
Hace poco, el actor Gabriel Maximo fumaba un cigarrillo en una esquina de Río durante un descanso del rodaje de una nueva serie de televisión en la que su personaje, un famoso influente de las redes sociales, usa una gorra de los Yankees. Maximo dijo que tiene unas 15 gorras de los Yankees, que luce en muchas de las fotos que publica para sus 51.000 seguidores en Instagram.
“Todos mis amigos compran New Era”, dijo. “Ellos compran la de los Yankees”.
“Me queda bien en la cabeza”, añadió. “Tengo mucho pelo”. (Es cierto).
Aunque el negocio de New Era está en auge en Brasil, los Yankees no obtienen grandes beneficios; los 30 equipos de la MLB se reparten los ingresos de la mayoría de las ventas de ropa oficial. Pero la mayoría de las gorras de los Yankees que se venden en Brasil —Regen calcula que nueve de cada 10— son falsificaciones.
En un bullicioso mercado callejero en el centro de Río, seis vendedores de gorras dijeron que las de los Yankees eran las que más vendían, por entre cinco y ocho dólares cada una. En las tiendas New Era, llegan a costar 48 dólares.
Algunos vendedores ambulantes compraban a mayoristas cercanos, mientras que otros decían que hacían pedidos al por mayor a fábricas que están afuera del estado. Maria Rodrigues, una vendedora que usaba una gorra de los Yankees, dijo que su proveedor es un hombre que aparece semanalmente con una bolsa de gorras de los Yankees, y las vende a cuatro dólares. Ella las vende por un dólar más. “No sé de dónde vienen”, dijo.
Regen dijo que New Era, que importa sus gorras de Asia, ha colaborado con las autoridades para destruir millones de gorras falsificadas en Brasil durante la última década, pero “cierras una fábrica y abren dos más”.
Cristiano Souza solía vender gorras baratas, sin marca, en su tienda mayorista del centro de Río, pero el año pasado sus clientes empezaron a pedir gorras de los Yankees. Ahora son uno de los productos más vendidos, y se ofertan al por mayor por tres dólares cada una.
Dice que las compra en una fábrica cercana a São Paulo. No eran de New Era, pero la mayoría tenía el logotipo de New Era cosido a un lado y algunas tienen etiquetas de New Era. Otras eran menos convincentes, incluidas algunas con un adhesivo brillante que decía: “Oferta especial. CALIDAD PREMIUM. Auténtica gorra de colección. La MEJOR calidad”.
Souza dice que pocos de sus clientes —los propios vendedores de gorras— saben qué son los Yankees.
Una de las pocas personas entrevistadas para este artículo que sí sabía de los Yankees era Jesús Tacae, un migrante de Venezuela, país que es un semillero de béisbol. Llevaba una gorra de los Yankees mientras regresaba en bicicleta de su trabajo en una fábrica de hielo en Boa Vista, una ciudad de la Amazonía.
Sin embargo, tenía una confesión: su equipo favorito es Boston. “Pero aquí no venden esas”, dijo.
Jack Nicas es el jefe de la corresponsalía en Brasil, que abarca Brasil, Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay. Anteriormente reportó de tecnología desde San Francisco y, antes de integrarse al Times en 2018, trabajó siete años en The Wall Street Journal. @jacknicas — Facebook