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Los antivirales y la COVID-19

Credit…Alex Merto

Los medicamentos antivirales existen desde los años sesenta en forma de pastillas, soluciones intravenosas, pomadas e incluso gotas para los ojos. Solo existen para un grupo de virus como el VIH, los virus del herpes simple, los virus de la hepatitis B y C, la gripe A y B, y ahora el coronavirus.

El Tamiflu, uno de los antivirales más conocidos, puede minimizar los síntomas de la gripe y acortar el curso de la enfermedad cuando se toma a los pocos días de enfermar. También puede utilizarse de forma profiláctica (en residentes de residencias de ancianos, por ejemplo) para evitar la propagación del virus durante los brotes. Otras terapias antivirales, como las del VIH y la hepatitis C, pueden tomarse de forma crónica, incluso en ausencia de síntomas, para evitar la progresión de la enfermedad y reducir los brotes de los síntomas.

La mayoría de los antivirales actúan suprimiendo la capacidad del virus para infectar y multiplicarse en las células, según Rajesh Gandhi, médico especialista en enfermedades infecciosas del Hospital General de Massachusetts. Esto ayuda al cuerpo a combatir una infección activa, aliviando los síntomas y acortando la duración de la enfermedad.

Pero la forma exacta en que un antiviral hace esto depende del tratamiento que se utilice. Algunos antivirales impiden que los virus se propaguen a las células sanas bloqueando los receptores de las superficies celulares. Otros inhiben la maquinaria que un virus necesita para hacer copias de sí mismo cuando ha irrumpido en tus células. Por eso, a los investigadores les ha resultado muy difícil desarrollar medicamentos antivirales que impidan la replicación del virus sin dañar las células humanas en las que se esconde, explica Gandhi.

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En Estados Unidos, hay dos tratamientos antivirales orales disponibles actualmente para tratar la COVID-19.

Uno, llamado Paxlovid, fue desarrollado por Pfizer y fue el primer tratamiento oral autorizado para pacientes de alto riesgo de COVID-19 de 12 años o más en diciembre. Se prescribe en forma de tres pastillas tomadas dos veces al día durante cinco días.

El segundo medicamento, llamado molnupiravir, fue desarrollado por Merck y se le concedió la autorización de uso de emergencia justo un día después del tratamiento de Pfizer en diciembre. Molnupiravir, que se toma en cuatro píldoras dos veces al día durante cinco días, está disponible para adultos de alto riesgo mayores de 18 años.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) también ha autorizado un medicamento antiviral intravenoso de Gilead Sciences llamado Veklury (remdesivir), pero suele administrarse en una clínica o centros asistenciales.

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Se ha demostrado que tanto Paxlovid como molnupiravir reducen los riesgos de hospitalización y fallecimiento por COVID-19 si se ingieren en las primeras fases de la infección. “Son más eficaces cuando se utilizan a los pocos días de la aparición de los síntomas”, afirma Gandhi.

En un ensayo de Pfizer publicado en diciembre y realizado antes de la oleada de ómicron, el Paxlovid redujo el riesgo de hospitalización y muerte en personas de alto riesgo no vacunadas en un 88 por ciento cuando se administró en los cinco días siguientes al inicio de los síntomas.

El molnupiravir, sin embargo, ha demostrado ser menos eficaz. Un análisis de Merck, también publicado en diciembre, mostró que reducía el riesgo de hospitalización y muerte en adultos de alto riesgo no vacunados con COVID-19 en solo un 30 por ciento si se tomaba en los cinco días siguientes al inicio de los síntomas.

Debido a esta menor eficacia, Gandhi dijo que “la mayoría de los médicos, y me incluyo, prefieren el Paxlovid si está disponible y si una persona no toma ningún otro medicamento que haga que el Paxlovid le genere complicaciones”.

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No todas las personas que den positivo en la prueba de COVID-19 recibirán una prescripción de píldoras antivirales, dijo Annie Luetkemeyer, profesora de enfermedades infecciosas de la Universidad de California en San Francisco. Para ser elegible, debes dar positivo y tener síntomas que hayan comenzado en un plazo de cinco días o menos. También debes tener un mayor riesgo de desarrollar COVID-19 grave.

Las personas asintomáticas, o que tengan síntomas pero que no corran un riesgo elevado, no serán elegibles.

Aunque esto puede parecer un criterio muy específico, muchas personas en Estados Unidos tienen condiciones médicas que los calificarían para la categoría de alto riesgo, dijo Luetkemeyer. Esto incluye a todos los adultos de 65 años o más, así como a las de cualquier edad con ciertas condiciones de salud como enfermedades del corazón, cáncer, diabetes u obesidad, afirmó.

Sin embargo, es importante que reciban tratamiento en los cinco días siguientes al inicio de los síntomas. “Eso es bastante pronto porque la gente a menudo no se hace la prueba el primer día que tiene síntomas”, dijo Luetkemeyer. “Es posible que te sientas un poco mal y pienses que tal vez tienes un resfriado que desaparecerá”. Pero si esperas más de cinco días, ya no podrás tomar los medicamentos orales, dijo.

Y aunque las directrices federales dan prioridad al tratamiento de quienes no están vacunados o no están completamente vacunados y reforzados, su estado de vacunación no afectará su elegibilidad.

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En primer lugar, debes dar positivo con una prueba de RCP o una prueba rápida. Esto puede hacerse en casa, en el consultorio de tu médico de cabecera, en un centro de pruebas o en una de las cadenas de farmacias, centros de salud comunitarios, centros de atención a largo plazo o clínicas de Asuntos de los Veteranos que participan en el programa “pruebas para tratar”.

Si das positivo en un lugar participante que administra antivirales y tienes un proveedor médico autorizado, puedes obtener una receta de píldoras para la COVID-19 (si eres elegible) y surtirla en ese momento. Si das positivo en otro centro de pruebas o a través de un kit de pruebas casero, puedes programar una visita en línea o en persona con un proveedor en un lugar de “pruebas para tratar” para obtener y llenar una receta también.

Y al igual que sucede con otros medicamentos, tu médico de cabecera puede darte una receta para que acudas a a una farmacia cercana, dijo Kuldip Patel, el jefe de farmacia asociado sénior en el Hospital de la Universidad de Duke en Carolina del Norte. Puedes utilizar ellocalizador terapéutico de COVID-19 para saber qué farmacias tienen los medicamentos cerca de ti.

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Por ahora las píldoras antivirales para la COVID-19 son gratuitas.

Esto podría cambiar cuando los suministros federales comiencen a agotarse. El dinero de ayuda para la pandemia que cubría las pruebas y el tratamiento para la COVID-19 para los no asegurados terminó el 22 de marzo, y no está claro si el Congreso aprobará nuevos fondos para ampliar el programa.

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La mayoría de las personas que toman Paxlovid no experimentan efectos secundarios graves, aunque algunas pueden sufrir diarrea, dolor muscular o una alteración del sentido del gusto. Estos, casualmente, también pueden ser síntomas de COVID-19, dijo Luetkemeyer.

“Ajustamos la dosis si alguien tiene una enfermedad renal avanzada”, añadió. “Y si tienen una enfermedad hepática grave, no les recomendamos Paxlovid”.

Algunos medicamentos o suplementos como los analgésicos, las estatinas e incluso la hierba de San Juan, pueden tener interacciones adversas con el Paxlovid. Por eso, es posible que te recomienden no tomarlos durante una semana mientras recibes el tratamiento, dijo Gandhi. Pero en el caso de algunos medicamentos, como los que regulan el ritmo cardíaco, puede que no sea posible abstenerse durante una semana. En esos casos, el médico puede recomendar en su lugar el molnupiravir para COVID-19.

Según Gandhi, el molnupiravir no tiene interacciones conocidas con otros medicamentos. Pero los posibles efectos secundarios pueden incluir diarrea, náuseas y mareos. El fármaco no está autorizado para menores de 18 años porque puede afectar al crecimiento de los huesos y los cartílagos. Y el molnupiravir no puede usarse durante el embarazo debido a los posibles daños al feto. Por este motivo, los médicos también pueden recomendar que los hombres y mujeres sexualmente activos en edad fértil utilicen métodos anticonceptivos durante el tratamiento y durante un periodo posterior (tres meses para los hombres y cuatro días para las mujeres). Quienes estén amamantando deben considerar la posibilidad de extraer y desechar la leche materna durante el tratamiento y durante los cuatro días siguientes a la última dosis.

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El anuncio del médico de la Casa Blanca de que el presidente Biden había vuelto a dar positivo en la prueba del coronavirus, apenas unos días después de que parecía haber superado el virus, ilustró lo que se ha conocido como el “rebote del Paxlovid”.

En primavera, los médicos empezaron a informar que algunos pacientes con COVID-19 mejoraban después de tomar el tratamiento antivírico Paxlovid —e incluso daban negativo— solo para que los síntomas volvieran a recrudecerse unos días después. El rebote podía producirse apenas cuatro o cinco días después del tratamiento, aunque los síntomas parecían ser más leves la segunda vez. Los pacientes pueden presentar dolor de garganta, secreción nasal o escalofríos, por ejemplo, e incluso volver a poder contagiar a otras personas.

El presidente Biden empezó a tomar Paxlovid tras dar positivo el 21 de julio. Varios días después, el resultado fue negativo, pero siguió haciéndose la prueba a diario. Días después, dio positivo, pero no mostraba ningún síntoma, dijo el médico de la Casa Blanca, Kevin C. O’Connor, en un memorandum.

Un estudio publicado en junio, que aún no ha sido revisado por expertos, descubrió que de 13.644 pacientes adultos con coronavirus que tomaron Paxlovid u otro tratamiento como Molnupiravir, alrededor del cinco por ciento volvió a dar positivo en los 30 días siguientes y el seis por ciento volvió a experimentar síntomas.

En otro estudio, los investigadores del V.A. Boston Healthcare System analizaron con detalle el caso de un hombre de 71 años. Había sido vacunado, recibió sus refuerzos, y empezó a tomar Paxlovid el día en que dio positivo para COVID-19. Dos días después, el paciente se sintió mejor y permaneció sin síntomas durante aproximadamente una semana. Sin embargo, sus síntomas volvieron a presentarse al noveno día y no se resolvieron por completo hasta el día 12. La secuenciación genética reveló que el mismo coronavirus que causó la infección inicial se había multiplicado y volvió a aparecer.

El estudio indicó que el rebote no fue causado por una reinfección, una variante diferente o una resistencia al medicamento antiviral.

En vez de eso, los expertos teorizan que el Paxlovid suprime el coronavirus tan bien que el sistema inmunitario del paciente nunca llega a ver bien el patógeno ofensivo. Por tanto, tras el tratamiento, las células inmunitarias y los anticuerpos no están preparados para combatir el virus, afirma Michael Charness, jefe de personal del V.A. Boston Healthcare System y autor del estudio.

La FDA está investigando los informes de rebote vírico tras el tratamiento con Paxlovid. Si experimentas una reacción de ese tipo, puedes reportarlo en el portal de Pfizer sobre acontecimientos adversos relacionados con el Paxlovid.

En la solicitud de Pfizer para la autorización de uso de emergencia de Paxlovid, la empresa sugirió que “varios sujetos parecían tener un rebote en los niveles de ARN del SARS-CoV-2 alrededor del día 10 o del día 14”. Pero el rebote se produjo tanto en los que recibieron el tratamiento con Paxlovid como con el placebo, dijo la empresa.

Si los estudios adicionales sugieren que es más probable que los síntomas de covid repunten después de un tratamiento de cinco días con Paxlovid, es posible que los funcionarios federales y los proveedores de atención sanitaria deban considerar la posibilidad de administrar tratamientos más largos de antivirales o repetirlos. Pero lo más importante es que es posible que las personas deban aislarse durante más tiempo para evitar infectar a otros. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades ya han emitido nuevas orientaciones en las que se indica que las personas que experimenten un rebote de los síntomas o den positivo de nuevo después de tomar Paxlovid deben “reiniciar el aislamiento y volver a aislarse durante al menos cinco días”.

Amy Rose, una portavoz de Pfizer, dijo en un comunicado: “Aunque seguimos supervisando los datos del mundo real, seguimos confiando mucho en la efectividad del tratamiento para prevenir las complicaciones graves de la COVID-19”.

Un estudio de los CDC publicado en junio informó que los síntomas de un rebote tendían a ser más leves que durante la infección primaria y era poco probable que provocaran una hospitalización. Así pues, si te contagias de COVID-19 y eres apto para recibir Paxlovid, no debes dejar que el miedo a un rebote te impida buscar tratamiento.

“Paxlovid es muy eficaz para prevenir la progresión a la enfermedad grave”, dijo Charness. “Por lo que hemos visto hasta ahora, el rebote no ha sido grave para la mayoría de las personas”.

Credit…Alex Merto

Sin duda. Los expertos recomiendan que todo el mundo, independientemente de si ha tenido COVID-19 o ha recibido medicación antiviral, se someta a una serie de vacunas primarias y a una dosis de refuerzo para protegerse contra el coronavirus. (Los adultos mayores de 50 años y las personas con sistemas inmunitarios debilitados pueden recibir una cuarta dosis).

“Estos medicamentos no pretenden ser un sustituto de la vacunación”, dijo Luetkemeyer. Tampoco pretenden sustituir el aislamiento si se está enfermo con síntomas, añadió. Hay que seguir las mismas pautas de aislamiento que los demás con el fin de reducir las posibilidades de contagio.

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