¿Puedo ir?
Sigue soñando. A diferencia de otros eventos culturales para recaudar fondos, como la gala de la Metropolitan Opera o el Frick Collection Young Fellows Ball, a la Gala del Met solo se puede asistir con invitación, y la entrada no depende únicamente del precio, que este año es de 50.000 dólares por entrada, con mesas a partir de 300.000 dólares (los precios han subido desde el año pasado; ¡inflación!). Los requisitos para entrar tienen más que ver con la popularidad y los logros (y la belleza) —el evangelio según Anna— que con el dinero. Wintour tiene la última palabra sobre cada invitación y cada invitado.
Esto significa que, aunque se donen grandes cantidades de dinero al museo, eso no garantiza cumplir con los requisitos, e incluso si una empresa compra una mesa, no puede elegir a todos los que se sentarán en ella, pues tienen que informar a Vogue y a Wintour de todos los invitados y solicitar su aprobación. Este año, como en 2022, hay cerca de 400 Elegidos, según un portavoz del Instituto del Vestido.
¿Quién sí estará ahí?
La lista de invitados se guarda con el obsesivo hermetismo de los miembros de los Illuminati hasta la noche misma, pero corre el rumor de que Brittney Griner podría asistir este año. También es posible que acudan embajadoras pasadas y presentes de Chanel como Nicole Kidman, Margot Robbie, Marion Cotillard, Kristen Stewart, Carlota Casiraghi y Pharrell Williams.
Los diseñadores tienden a llegar con citas famosas, muchos de los cuales son embajadores de la marca, lo que convierte a los invitados en anuncios ambulantes de casas de moda y del evento en sí. El año pasado, por ejemplo, Nicolas Ghesquière de la línea femenina de Louis Vuitton llevó a Emma Stone, Jung Ho-yeon, Gemma Chan, Cynthia Erivo, Phoebe Dynevor, Sophie Turner y Joe Jonas. Jeremy Scott, en ese momento de Moschino, llevó a Megan Thee Stallion, Iris Law y Michaela Jaé Rodriguez.
Por un tiempo circuló el rumor de que las Kardashian no habían sido invitadas este año, pero eso resultó no ser cierto, y es probable que Kim haga incluso una entrada. Su decisión el año pasado de matarse de hambre para poder entrar en el famoso vestido de “Feliz cumpleaños, señor presidente” de Marilyn Monroe se convirtió en la controversia de la noche, lo que eleva la tensión en torno a su aparición en esta edición.