Han pasado casi cinco años desde que una candidatura de Estados Unidos, Canadá y México derrotó a una propuesta de Marruecos para organizar la Copa del Mundo de fútbol masculina de 2026. Ahora, la competencia se ha vuelto interna.
Los estadios del torneo ya han sido elegidos, pero la FIFA, el órgano rector del fútbol mundial, todavía no ha comunicado cuál de ellos albergará la final.
Las autoridades de Nueva York y Nueva Jersey están iniciando una campaña conjunta para conseguir que el MetLife Stadium en Meadowlands sea la sede de ese encuentro. Esa campaña incluyó un evento que se celebró en Times Square la semana pasada con el gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, y el alcalde de Nueva York, Eric Adams.
“Eric y yo estamos convencidos de que tenemos los mejores argumentos, por mucho, para conseguir el mejor paquete, incluida la final”, comentó Murphy en una entrevista conjunta con Adams el miércoles 17 de mayo por la mañana.
En la mayoría de los demás Mundiales, suele haber una elección obvia para el partido final. Moscú, Río de Janeiro y París siempre iban a ser las elegidas cuando sus países organizaron el torneo. Sin embargo, hay varios candidatos atractivos para la final de 2026, la cual se disputará el 19 de julio. (Aunque México y Canadá albergarán algunos de los 104 partidos del torneo, los países acordaron que la mayoría de los encuentros —y todos a partir de los cuartos de final— se disputarán en Estados Unidos).
La única otra ocasión en que Estados Unidos albergó el Mundial, en 1994, el Rose Bowl de Pasadena, California, se llevó la final. Esta vez, el SoFi Stadium es el recinto del área de Los Ángeles incluido en la lista de estadios para 2026. Sin embargo, ese estadio se construyó principalmente para el fútbol americano de la NFL y hay preocupación de que el campo sea demasiado angosto para el fútbol, para lo cual se necesitaría eliminar algunos asientos y reducir la capacidad.
Dallas también ha surgido como uno de los principales candidatos, en parte porque el cercano AT&T Stadium se podría ampliar para ofrecer más de 100.000 asientos para fútbol.
Sin embargo, Adams y Murphy argumentan que la zona de Nueva York supera a esos lugares como el mejor sitio para el juego.
“Sí, Los Ángeles es conocida por su extravagancia y su atractivo de Hollywood”, admitió Adams. “Pero creo que Nueva York es el escenario más grande”.
Murphy opinó: “Nueva York es la capital internacional del mundo. Sin faltarle el respeto a Dallas, estamos hablando de Nueva York”.
Los otros contendientes no han bajado los brazos. “Estamos buscando convencer al comité de que somos la sede perfecta para las semifinales y la final”, declaró Dan Hunt, presidente de la candidatura de Dallas, a la cadena local de NBC a finales del año pasado. “Tenemos dos grandes aeropuertos, la infraestructura, los hoteles, el AT&T Stadium. Tenemos lo necesario para albergar lo que yo llamo ‘el Supertazón en esteroides’”.
Kathryn Schloessman, responsable de la candidatura de Los Ángeles, señaló: “Nuestra región tiene la gran suerte de contar con un estadio y una infraestructura de clase mundial como para que se le considere como sede de la final y otros partidos destacados”.
A final de cuentas, los encargados de tomar la decisión serán los altos directivos de la FIFA, incluido su presidente Gianni Infantino, con la aportación del órgano rector regional, la Concacaf, y de U. S. Soccer. Se espera que tomen la decisión a principios del otoño.
Ya sea que la región de Nueva York obtenga la final o no, es probable que se celebren unos ocho partidos en elMetLife Stadium de East Rutherford, Nueva Jersey. “Ocho partidos son como ocho Supertazones en seis semanas, así que independientemente de cómo sean los partidos va a ser un éxito enorme”, opinó Murphy. “Agotaremos las entradas para cada uno de ellos; no importa quién juegue”.
“Pero sin duda que conseguir la final —y creemos que estamos en la mejor posición para conseguirla— es la cereza de un pastel que casi es incomparable en los deportes”, agregó. “Es tanto un prestigio como, estoy seguro, un impulso adicional para la economía regional”.
Si de todas formas se va a lograr un “éxito enorme”, ¿por qué hay tal deseo por conseguir la final? Adams reconoció otra motivación: “Soy muy competitivo y quiero vencer a otras ciudades que quieran la final. Nos han elegido, ahora es el momento de traernos la copa a casa”.
Victor Mather cubre todos los deportes para The New York Times.