Rotar una figura colorida antes de hacerla encajar en la posición perfecta es una experiencia tan satisfactoria que Tetris se ha unido al ajedrez en el firmamento de los juegos universalmente conocidos.
Menos conocida es la historia real de cómo un prototipo creado en 1984 por un ingeniero de software de la Academia de Ciencias de la Unión Soviética terminó cautivando a millones de jugadores en todo el mundo. La película Tetris, protagonizada por Taron Egerton, que se estrenó en Apple TV+ el viernes 31 de marzo, explora sus humildes orígenes.
El sencillo y adictivo juego de rompecabezas consta de siete piezas con figuras únicas, cada una compuesta por cuatro bloques cuadrados. Los jugadores mueven, rotan y colocan las piezas para formar líneas continuas, que luego desaparecen, lo que da pie a horas interminables de juego. El nombre del juego —derivado de las palabras “tetra” (que en griego significa “cuatro”) y “tenis” (un deporte predilecto del creador del juego, Alexey Pajitnov)— incluso se ha filtrado en la cultura como descripción de una acción, como cuando dices que hiciste “Tetris” con tu maleta para que cupiera en el compartimento superior de un avión.
En una entrevista con The New York Times, Pajitnov describió Tetris como “el juego atractivo para todos” y confesó que esperaba que su futuro incluyera deportes electrónicos y la integración de la inteligencia artificial. También está trabajando en el desarrollo de una versión “muy buena” del juego para dos jugadores, pero afirmó que “aún no está lista”.
Antes de que Tetris pudiera consolidarse como un nombre conocido por todos con lanzamientos en consolas como la Game Boy de Nintendo, Henk Rogers, el personaje que interpreta Egerton, tuvo que viajar a la Unión Soviética y vencer a la competencia para asegurar los derechos del juego. Como muestra la película, fue una tarea ardua que generó inmensos beneficios.
A continuación, más detalles sobre la creación del juego y por qué ha resonado en tantas personas durante tanto tiempo:
La Game Boy de Nintendo
En las casi cuatro décadas que han transcurrido desde que Pajitnov creó Tetris con el lenguaje de programación Pascal en la Electronika 60, una computadora fabricada por la Unión Soviética, se han lanzado al mercado más de 215 versiones oficiales de Tetris.
Quizá la variante más notable es la que se incluyó en cada consola portátil de Nintendo, Game Boy, cuando se lanzó en 1989. Pero esta combinación increíblemente exitosa —en conjunto la Game Boy y la Game Boy Color han sumado unos 120 millones de ventas unitarias— por poco no sucede.
En un inicio, Minoru Arakawa, presidente de Nintendo of America (la división de Nintendo en Estados Unidos), quería incluir Super Mario Land en el paquete de la Game Boy, luego del éxito que consiguió la empresa con la inclusión de Super Mario Bros en la videoconsola Nintendo Entertainment System (también conocida como Nintendo NES). Sin embargo, Rogers logró convencer a Arakawa de optar por Tetris, en parte debido a que sería atractivo para una variedad más amplia de perfiles demográficos.
Pajitnov describió la asociación como “dos criaturas creadas una para la otra: la Game Boy para Tetris y Tetris para la Game Boy”.
El efecto Tetris
Como sabe cualquiera que haya pasado horas jugando Tetris, este es un juego sumamente adictivo. Muchas personas que juegan por periodos prolongados han declarado haber visto piezas de Tetris fuera del juego, como en su mente cuando cierran los ojos, o en sus sueños. Es un fenómeno conocido como el “efecto Tetris”.
Puede que hayas vivido el efecto Tetris en carne propia si alguna vez has visto tetrominós, cuyo nombre oficial son Tetriminos, al intentar acomodar tus compras del supermercado.
En estudios profesionales, el psicólogo Richard Haier encontró que jugar Tetris de manera habitual provocaba que la corteza cerebral se hiciera más gruesa. Los estudios de Haier también demostraron que Tetris puede afectar la plasticidad de la materia gris en la corteza del cerebro y, como resultado, mejorar la capacidad de memoria de una persona y potenciar el desarrollo motor y cognitivo.
Un estudio de 2017 a cargo de investigadores de la Universidad de Oxford y el Instituto Karolinska reveló que Tetris tenía el potencial de aliviar el estrés postraumático en las personas que padecen este trastorno, si lo jugaban tras vivir un incidente mientras recordaban un evento estresante.
La búsqueda de la perfección
Décadas después de su invención, Tetris sigue perseverando. Entre las versiones más nuevas del juego están Tetris Effect, que crea una experiencia zen con música de fondo, y Tetris 99, en la que los jugadores intentan superar a adversarios que atacan sus tableros.
En la rama competitiva del juego, se siguen descubriendo nuevos métodos para mover las piezas. La manera estándar de jugar la versión de Tetris para Nintendo NES —sí, el juego que se lanzó en 1989 se sigue usando en el Campeonato Mundial de Tetris Clásico (CTWC, por su sigla en inglés)— es sostener el control rectangular gris de manera que la mano izquierda controle el movimiento de las piezas y la derecha se encargue de la rotación. Pero ese método, conocido en la comunidad competitiva como “delayed auto shift”, ha sido usurpado en años recientes por las técnicas del “hypertapping” y el “rolling”.
El hypertapping consiste en apretar los botones con mucha rapidez, lo que contrarresta la sensación tradicional de que las piezas se arrastran con lentitud hasta su posición. El rolling permite mover las piezas aún más rápido, al tamborilear con los dedos, a alta velocidad, la parte posterior del control.
El poder del hypertapping quedó claro en 2018, cuando un jugador de 16 años llamado Joseph Saelee usó el método para derrotar a Jonas Neubauer, un heptacampeón mundial. Pero en los años transcurridos desde entonces, el método rolling ha dominado la arena competitiva, pues no solo es sumamente efectivo, sino que parece ser menos extenuante para los dedos y las manos.