Por ejemplo, el objetivo inicial de Suiza era invertir en la modernización de la eficiencia energética de los edificios públicos de Georgia; sin embargo, este país ya tenía planeadas esas mejoras. Eso significaba que le habrían dado a Suiza el crédito por una reducción de emisiones que se habría producido de cualquier manera, dijo Day. Entonces, Georgia tendría que asumir proyectos más difíciles o costosos para seguir cumpliendo con sus propios objetivos, mientras que, en efecto, les daría a los suizos el crédito por las acciones más sencillas.
Las naciones ricas como Suiza tienen la obligación de ayudar a los países en desarrollo sin pedir nada a cambio, señaló Jade Begay, directora de justicia climática del colectivo NDN, una organización social y medioambiental dirigida por indígenas con sede en Rapid City, Dakota del Sur.
La norma que permite este tipo de acuerdos es “peligrosa”, dijo Begay, porque les permite a los países más ricos “seguir contaminando y continuar como siempre, lo cual es la raíz del problema”.
Mischa Classen, director de la Fundación KliK, una organización sin fines de lucro que colabora con el gobierno en la aplicación de los acuerdos, advirtió que Suiza tiene previsto financiar políticas más ambiciosas en Georgia, como la inversión en eficiencia energética para los hogares.
Georgia puede autorizar o rechazar los proyectos contemplados en el acuerdo, dijo Elgart, la funcionaria del gobierno suizo. Los países socios, dijo, son “los que mandan”. Suiza también verificará que esos proyectos no se puedan hacer de otro modo, añadió. El Ministerio de Protección Medioambiental y Agricultura de Georgia no respondió a la solicitud de comentarios.
El debate se produce en un momento en el que las naciones ricas del mundo se enfrentan a críticas por no compensar a las naciones más pobres, como lo habían prometido, para que puedan adaptarse mejor al aumento de las temperaturas.
Según un análisis del Instituto de Desarrollo de Ultramar, las contribuciones de Suiza al financiamiento mundial para el clima están casi un 40 por ciento por debajo de lo que sería su cuota de un objetivo acordado a nivel internacional de 100.000 millones de dólares al año. También se está quedando atrás en sus objetivos de reducción de emisiones en el marco del Acuerdo de París.
Hiroko Tabuchi es reportera de investigación en la sección de Clima. Formó parte del equipo del Times que en 2013 recibió el Premio Pulitzer en la categoría de reportaje explicativo. @HirokoTabuchi • Facebook