Nuevos requisitos de admisión, la hija de Hunter Biden, recorrido por la historia de la casa de Barbie y más para el martes.
La Corte Suprema de Estados Unidos ha emitido una opinión que determina que la acción afirmativa es ilegal en las universidades del país.
Se conoce como acción afirmativa a las medidas de discriminación positiva que llevan a cabo las oficinas de admisiones para mitigar la desigualdad racial en el acceso a la educación superior. De alguna forma, estas políticas buscaban darle algo de ventaja a los postulantes negros y latinos, que son de los grupos más desfavorecidos al ingresar a la universidad.
El fallo es el resultado de dos casos presentados por Students for Fair Admissions, una organización fundada por Edward Blum, un activista legal que afirma que la raza y la etnicidad no deberían tomarse en cuenta en las admisiones universitarias.
Adam Liptak, reportero que cubre la Corte Suprema para el Times, escribió:
La decisión prácticamente aseguró que el alumnado en los campus de instituciones de élite se vuelva más blanco y asiático y menos negro y latino. También se esperaba que desate una desbandada en tanto que las escuelas replantean sus prácticas de admisión y complicaría los esfuerzos de diversidad en otros rubros, haciendo más reducida la fuente de candidatos muy capacitados de minorías y también dificultando que los empleadores consideren la raza al contratar.
Por su parte, el presidente Joe Biden, en un mensaje televisado a la nación el día del fallo, indicó: “La discriminación sigue existiendo en Estados Unidos”, y añadió: “La decisión de hoy no cambia eso”.
¿Pero qué es lo que sí va a cambiar con la decisión?
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Varias autoridades universitarias anticipan que disminuirá el número de alumnos negros e hispanos en las universidades de mayor exigencia, tal como pasó en California y Míchigan, estados que hace años prohibieron la acción afirmativa.
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Se prevé que muchas universidades dejen de considerar como requisito de ingreso las pruebas estandarizadas y sus puntajes, pues hay quienes afirman que estos indicadores favorecen a los estudiantes más adinerados y en general a los blancos.
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También se espera que el ensayo de intención, un texto escrito en primera persona por el postulante, adquiera mayor peso, pues será una forma de abordar las dificultades que ha sorteado a lo largo de su vida académica.
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Es posible que se desarrollen “índices de adversidad” para tomar en cuenta los desafíos de cada estudiante, tal como lo sugirió el presidente Biden.
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Aunque no formaba parte de la intención de los demandantes, hay quienes consideran que es posible que también se eliminen las políticas que dan preferencia de ingreso a la universidad a los hijos de exalumnos o de donantes.
Pero la acción afirmativa, asegura Tyler Austin Harper, un profesor universitario que durante muchos años asesoró a estudiantes en sus procesos de admisión, “ha ayudado inadvertidamente a crear una cultura universitaria deformada y obsesionada con la raza en Estados Unidos”. Y añade que: “Antes de que los estudiantes pongan un pie en el campus, se les anima a considerar la identidad racial como el aspecto más importante de su persona, indisociable de su valor y su mérito”.
Harper, quien es negro y reconoce que la discriminación positiva le ayudó a acceder a educación de posgrado y a un cargo académico, cree que tras el fallo se intensificará el juego de las admisiones, uno en el que algunos estudiantes maximizan y otros minimizan su identidad para tratar de ingresar a una institución muy selectiva. Además agregó que, en su opinión, esta decisión no tendrá “ninguno de los beneficios de la justicia racial y la rectificación estructural que permitía la acción afirmativa”.
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