RÍO DE JANEIRO — Los electores brasileños deciden si le darán un segundo mandato al titular de derecha, Jair Bolsonaro, o si apoyan el regreso de un expresidente de izquierda, Luiz Inácio Lula da Silva. Luego de que Da Silva lideró la primera vuelta a principios de mes, muchas encuestas sugerían que el balotaje estaría muy ajustado.
Las opiniones encontradas sobre la elección quedaron en evidencia cuando inició la votación en una mesa en Río de Janeiro el domingo temprano y empezó a llegar un flujo constante de votantes.
Muchos seguidores de Bolsonaro vestían camisetas de fútbol amarillas que se han convertido en símbolo de la política de derecha de Brasil. Los simpatizantes de Da Silva llevaban calcomanías con el rostro del candidato de izquierda.
Moises Wagner, un repartidor de 47 años, dijo que había votado por Bolsonaro. “Representa nuestros valores: Dios, familia, país”, dijo, repitiendo un mantra que ha hecho que el líder sea muy popular entre los conservadores y los cristianos evangélicos.
Rita Pereira, una abogada de 56 años, dijo que votó por Bolsonaro por una razón sencilla. “Juré que nunca volvería a votar por Lula”, dijo.
Da Silva presidió una era dorada de crecimiento en Brasil impulsada en gran medida por un auge de las materias primas, pero su legado fue afectado cuando lo encarcelaron por cargos de corrupción en 2018. Aunque un juez desechó su condena luego de un fallo que indicaba que el juez del caso había sido parcial, muchos votantes aún tienen dudas sobre la integridad de Da Silva.
Pero Stefane Silva de Jesus, una bibliotecaria de 30 años, tenía otra opinión. “No es la solución a todos los problemas”, dijo. “Pero es nuestra única esperanza”. Culpó a Bolsonaro del aumento del hambre, una inflación severa y un pobre manejo de la pandemia de coronavirus.
Varios actos esporádicos de violencia política, entre los cuales se cuentan tiroteos y apuñalamientos previo a la votación, inquietaron a muchos brasileños que creen que la retórica de Bolsonaro ha contribuido a la polarización del país.
En São Paulo, Lucas Valoto, un diseñador web de 29 años, vestía una camiseta roja como símbolo de su apoyo por Da Silva. “Hoy decidimos que no podemos acobardarnos”, dijo. “No podemos permitir que esta locura, que esta barbaridad continúen”.