fSANTIAGO, Chile — Solo hay un puñado de lugares para jugar al pickleball aquí en la capital de Chile. El mes que viene habrá uno menos.
En su lugar, se erigirá una cancha de pádel.
“Sencillamente, no hay gente necesaria para que sea un negocio rentable en este momento”, comentó Nicolás Flores, de 34 años, uno de los fundadores de la Chile Padel Academy. “No había nada que pensar”.
Los dos deportes despegaron durante la pandemia, cuando la gente recurrió a actividades que permitían el distanciamiento social. Van por caminos paralelos. El pickleball es uno de los deportes de más rápido crecimiento en Estados Unidos, mientras que el pádel es uno de los deportes de más rápido crecimiento en el mundo.
El cisma es otro ejemplo del excepcionalismo deportivo estadounidense. Si el pickleball es Fahrenheit, el pádel es Celsius. Es lo que el centímetro a nuestras pulgadas, el fútbol soccer a nuestro fútbol americano.
“Estados Unidos es muy particular”, opinó Lisandro Borges, director ejecutivo de World Padel Tour en Latinoamérica. Dio como ejemplos el Supertazón, el baloncesto, el béisbol. “Es como otro planeta”.
Hay similitudes marcadas entre el pickleball y el pádel. Ambos son conocidos como juegos de dobles, aunque también se pueden jugar uno contra uno. Ambos son fáciles de aprender.
Sin embargo, mientras que el pickleball se parece mucho al tenis, el pádel, como el squash, tiene paredes. Los buenos jugadores son capaces de girar para golpear la pelota contra la pared del fondo o pasarla por encima de la red. Bailan por la cancha estrecha, provocándose mutuamente con golpes cerca de la pared. Es la volea como coqueteo, una tarantela.
Ambos son más fáciles que el tenis, pero a nivel físico el pádel es el más rápido y exigente de los dos. Hay que correr mucho más y la pelota se mueve más rápido. No es un deporte para jubilados, sea cual sea el nivel de habilidad.
“El pádel es buenísimo”, afirmó Caitlin Thompson, editora y cofundadora de la revista de tenis Racquet. “El pickleball se lleva todo el bombo y platillo, pero, en realidad, el pádel es lo que hay que ver”.
Este deporte, que nació en México en 1969, se practica desde hace décadas en España y Argentina.
Durante la pandemia, el interés por el pádel se disparó en países de Europa, el Medio Oriente y Latinoamérica. Según Matchi, una plataforma que se utiliza para reservar tiempo en canchas para deportes de raqueta, se calcula que el año pasado hubo 25 millones de jugadores habituales en todo el mundo.
Matchi calcula que en España, el mercado más consolidado de Europa, hay unos 6 millones de jugadores habituales. En Francia, el pádel es uno de los deportes con mayor crecimiento desde 2020. Durante la pandemia, creció tan rápido en Suecia que la construcción de canchas pronto superó la demanda.
“Después de la pandemia”, comentó Borges, “fue como una explosión en Chile”.
En Santiago, muchas tiendas de deportes del Costanera Center, un gran centro comercial, exhiben equipos de pádel en sus escaparates. Las canchas actuales de la ciudad suelen estar llenas después de las horas laborales. Se están construyendo más, ya que el interés por este deporte sigue creciendo.
Una tarde reciente, un club de pádel de aquí estaba lleno, mientras unos amigos jugaban bajo los reflectores.
Un aficionado, Patricio Guzmán, empezó durante la pandemia. Guzmán, de 38 años, nunca jugó tenis, pero ahora juega pádel cuatro veces a la semana y a veces cinco, si compite en un torneo.
“Soy un adicto”, afirmó.
Varios jugadores nunca habían oído hablar del pickleball. Tres hermanos de unos 50 años, que se reunieron para probar el pádel juntos por primera vez, se secaban con una toalla después de un partido. “¿Es como el tenis?”, preguntó Jorge Andrés Quevedo.
Un día después, en la Chile Padel Academy al otro lado de la ciudad, Tomás Bachmann, director de Pickleball Chile, tomaba una bebida deportiva después de ganar un partido. Bachmann, de 34 años, descubrió el pickleball gracias a su hermano, que vivía en Carolina del Norte. Decidió intentar traer el deporte a Chile hace unos dos años.
Pero hasta ahora, solo ha vendido unas 30 redes y 80 remos. Un chat grupal para entusiastas en Santiago, una ciudad de casi siete millones de personas, tiene alrededor de 85 miembros.
“No veo un auge del pickleball aquí”, opinó Sebastián Varela, periodista chileno y fundador de Clay, una revista internacional de tenis. “¿Para qué necesitamos esto del pickleball si nos divertimos tanto con el pádel?”.
El año pasado, unos 9 millones de estadounidenses jugaron pickleball, según Stu Upson, director ejecutivo de USA Pickleball. Es casi el doble de jugadores que el año anterior. Una vocera de USA Pickleball declaró que la organización contaba con más de 45.000 canchas en el país, esto no incluye las entradas para los autos de las casas ni las canchas de tenis y baloncesto encintadas, donde el juego florece.
Sin embargo, en la actualidad tan solo hay unas 240 canchas de pádel en todo el país, según la Asociación de Pádel de Estados Unidos, el órgano rector del deporte.
La geografía es un factor importante, al igual que el boca a boca. El pádel era popular en los países de habla hispana mucho antes de la pandemia. (Llegó a Suecia solo porque muchos suecos vacacionan en España, o eso es lo que se dice).
Pickleball, por el contrario, es nacido y criado estadounidense. Y a muchos estadounidenses les gustan las cosas “Made in USA”.
Upson calcula que más del 95 por ciento de los jugadores del mundo está en Estados Unidos y Canadá. En cuanto al pádel, dijo: “Está en nuestro radar, pero no lo vemos como una amenaza”.
En Estados Unidos, a pesar del mito del club campestre, hay una sólida historia de tenis público. Las canchas gratuitas o con descuento florecieron en todo el país a lo largo del siglo XX, y los estadounidenses suelen esperar que los deportes de raqueta sean gratuitos y accesibles.
“No nos unimos a clubes de baloncesto, ¿verdad?” dijo Joel Drucker, historiador del tenis y escritor de Tennis.com. “No nos unimos a clubes de frisbee. No nos unimos a clubes de caminatas. Vamos a algún parque o centro recreativo y exploramos”.
En el tema del pádel, el deporte está creciendo en Estados Unidos, aunque todavía se practica sobre todo en clubes privados. Se espera que en los próximos 12 meses se duplique la cantidad de canchas en el país, de 240 a 500, según Marcos del Pilar, presidente de la Asociación de Pádel de Estados Unidos. Se planea que haya decenas más de canchas en California, Carolina del Norte y Florida, donde los jugadores habituales afirman que ya es difícil reservar canchas. Y, en Texas, este deporte está ganando popularidad.
También hay giras profesionales, que están plantando sus respectivas banderas. (El pickleball ya tiene torneos profesionales, aunque está intentando convencer a la gente de que los vea). Este fin de semana, en Florida, la Pro Padel League iniciará su temporada inaugural en la zona de Tampa.
Del Pilar, quien también es comisionado de la Pro Padel League, rechazó la idea de que el pádel esté en el horizonte. “Decir que ‘está llegando’ es hablar de tres o cuatro años por delante”, comentó. “Ya está aquí”.