Fue uno de los terremotos más potentes que se hayan registrado en Turquía, e incluso sacudió edificios a cientos de kilómetros de distancia en Israel.
La mayoría de las primeras víctimas del sismo de 7,8 que se registró el lunes temprano estuvieron en Turquía y en la vecina Siria. Ambos países han reportado más de 1600 muertes en total, pero se espera que dicha cifra aumente.
Aquí hay algunas imágenes de las secuelas del seísmo.
Una niña herida recibía ayuda en un edificio muy perjudicado en Jandaris, cerca de la ciudad de Afrin en el noroeste de Siria.
Un edificio en Diyarbakir, Turquía, que resultó fuertemente dañado por el terremoto.
Unos rescatistas sacaban a una niña de una edificación colapsada en Diyarbakir.
Cuadrillas de rescate y voluntarios buscaban sobrevivientes entre los escombros en Diyarbakir.
Bolsas de restos humanos en un hospital en Afrin, Siria.
Rescatistas sacaban a un niño de los escombros en Dana, en la provincia siria de Idlib, que está controlada por rebeldes.
El terremoto aplastó edificios en la ciudad turca de Malatya.
Un par de vecinos miraban una estructura destrozada en Adana, Turquía.
Trabajadores de emergencias turcos asistiendo a una víctima en Diyarbakir.
La Defensa Civil Siria, también conocida como Cascos Blancos, intenta sacar a un hombre de los escombros en Azaz, un poblado cerca de la frontera con Turquía.
Una menor herida esperando recibir atención en el Hospital Bab al-Hawa en la provincia de Idlib.
Un edificio de cuatro pisos colapsó en Gaziantep, Turquía.
Un edificio de apartamentos quedó inhabitable en Kahramanmaras, Turquía.
El sismo causó serios daños a la mezquita histórica de Yeni en Malatya.