Hace casi seis años, Keiko Kawano, locutora de radio, descubrió que, cuando dejaba de hacer ejercicios de articulación de la voz, su sonrisa empezaba a desvanecerse. Llegó un momento en que le costaba levantar la comisura de los labios.
Así que Kawano, que entonces tenía 43 años, decidió aprender cómo funcionan los músculos faciales. Tras utilizar los conocimientos para reanimar su sonrisa, empezó a ayudar a otros a hacer lo mismo bajo el lema “Más sonrisas, más felicidad”.
Y ya que, después de tres años, muchas personas en Japón están dejando de usar el cubrebocas y encuentran sus expresiones faciales un poco oxidadas, ella está adaptando su trabajo a la era poscovid.
“La gente no ha estado levantando las mejillas bajo el cubrebocas ni intentando sonreír mucho”, comentó Kawano a principios de mayo, días después de que Japón bajara la categoría de la COVID-19 al mismo nivel que tienen las enfermedades comunes. “Ahora, están desorientados”.
Kawano comenzó a enseñar a sonreír en un gimnasio en 2017, cuando trabajaba como capacitadora de etiqueta empresarial.
A pesar de no tener formación médica, su plan de estudios, que suele impartir en sesiones de una hora, en línea o en persona, se inspira en el yoga y hace hincapié en fortalecer los músculos cigomáticos, que tiran de las comisuras de la boca. También cree que los músculos justo debajo de los ojos son clave y que los músculos débiles crean sonrisas que se dibujan en las cejas, lo que puede hacer que la frente parezca arrugada.
“La gente entrena los músculos del cuerpo, pero no los de la cara”, afirmó.
Tras su paso por el gimnasio, empezó a enseñar a sonreír en residencias de ancianos y oficinas de empresas, así como a particulares que esperaban que una mejor sonrisa los ayudara a conseguir mejores trabajos o mejorar sus posibilidades matrimoniales. Uno de sus primeros clientes fue IBM Japón, donde organizó una sesión de capacitación sobre la sonrisa para los empleados de la empresa y sus familias.
Después llegó la pandemia, que perjudicó su negocio al ocultar las sonrisas de todos con las mascarillas. Aun así, de vez en cuando le pedían consejo sobre cómo sonreír a través de ellas.
El uso de cubrebocas no se impuso legalmente en Japón durante la pandemia, pero se hizo omnipresente de todos modos, en parte porque los japoneses llevan décadas poniéndose cubrebocas como protección contra las alergias o la contaminación o como cortesía para proteger a los demás de las enfermedades.
Kawano decía a sus clientes que la clave de una sonrisa con cubrebocas era levantar los músculos de los ojos. Una presentadora de televisión hizo una demostración del método de Kawano en una emisión nacional y una publicación en internet contribuyó a darla a conocer.
Sin embargo, el mayor aumento de la demanda de sus servicios se produjo en febrero, cuando el gobierno anunció que las recomendaciones oficiales sobre los cubrebocas se relajarían de manera considerable.
“La gente empezó a darse cuenta de que no había utilizado demasiado los músculos de las mejillas o la boca”, explicó Kawano por teléfono durante un viaje a Corea del Sur, donde tenía cita para un tratamiento facial que, según ella, sería bueno para sus pómulos. “Y no puedes empezar a utilizar esos músculos de repente. Tienes que trabajarlos”.
Yael Hanein, experta en expresiones faciales, afirma no conocer ningún estudio académico que documente los efectos de usar cubrebocas a largo plazo en los músculos faciales.
“Los músculos faciales pueden entrenarse como cualquier otro músculo, aunque este entrenamiento puede ser difícil debido a la gran variabilidad entre individuos”, explicó Hanein, que dirige un laboratorio de neuroingeniería en la Universidad de Tel Aviv, en Israel.
“Un posible problema de una sonrisa practicada o fingida es que otras personas podrían identificarla”, añadió.
En el Japón moderno, ha habido otras clases de entrenamiento de la sonrisa, normalmente para empleados de comercios. Pero, en el contexto social japonés, sonreír es mucho menos importante que hacer una reverencia. Algunas mujeres japonesas también están acostumbradas a taparse la boca al comer o reír.
“Las clases de sonrisa parecen muy occidentales”, afirmó Tomohisa Sumida, investigador visitante de la Universidad de Keio que ha estudiado la historia del uso de cubrebocas en Japón.
No obstante, los clientes de Kawano parecen estar contentos con su trabajo.
Miki Okamoto, portavoz de IBM Japón, dijo que la sesión de entrenamiento de sonrisa de Kawano fue “bien recibida”.
En la prefectura de Kanagawa, al sur de Tokio, casi 40 ancianos asistieron en octubre a una sesión de 90 minutos con Kawano y muchos comprobaron que mejoraba su sonrisa, según Katsuyo Iwahashi, funcionaria municipal que trabaja en programas de salud pública. Iwahashi añadió que la ciudad planea ofrecer una sesión similar específicamente para madres con niños pequeños “con la esperanza de ayudarlas a sonreír a pesar de las dificultades que experimentan” en la maternidad y tras la pandemia.
Kawano también imparte un curso de certificación de un día para personas que quieran enseñar a sonreír por 80.000 yenes, más el impuesto sobre el consumo, casi 650 dólares.
Una de sus discípulas, Rieko Mae, de 61 años, dice ahora a sus propios clientes que la práctica de la sonrisa es importante incluso para las personas que sonríen mucho de manera natural.
“A veces, es necesario mostrar una sonrisa agradable y profesional, y la gente no sabe mucho de eso”, aseguró Mae, que vive en Osaka y viajó a Tokio para el curso.
Un curso de entrenamiento de la sonrisa podría ayudar a las personas a mejorar sus expresiones faciales e incluso a aumentar la confianza en sí mismas, afirma Masami Yamaguchi, psicóloga de la Universidad Chuo que ha estudiado cómo los bebés miran las expresiones faciales de sus madres.
“Los movimientos musculares intencionados enviarán señales a tu cerebro y generarán sentimientos positivos, aunque no te sientas feliz”, concluyó.
Hisako Ueno reporta para el Times desde 2012, cubriendo política, negocios, género, trabajo y cultura japoneses. De 1999 a 2009 trabajó para la corresponsalía en Tokio de Los Ángeles Times. @hudidi1
Mike Ives es un reportero de temas generales. @mikeives