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Brian Cox está preparado para la vida después de Logan, el magnate de ‘Succession’

Esta entrevista contiene revelaciones importantes sobre la trama del episodio tres de la temporada final de Succession.

Al final murió como vivió: de manera abrupta y sin ceremonias, suspendido entre dos mundos, un padre distante para sus hijos menospreciados y desconcertados.

Logan Roy ha muerto, desplomado en el baño de un jet privado en el episodio de esta semana de la temporada final de Succession de HBO.

Era un acontecimiento que cualquier fan de Succession sabía que quizá ocurriría en algún momento —el primer roce de Logan con la muerte, un derrame cerebral, se produjo en el piloto de la serie— solo que, paradójicamente, tal vez no tan pronto (el episodio del domingo fue solo el tercero de los diez de esta temporada).

La sorpresa se vio agravada por la ignominia de la partida de Logan: en un momento, era un titán de los medios de comunicación cuya demostración de poder más reciente era faltar a la boda de su hijo mayor y volar a Europa por negocios; al siguiente, yacía desnudo hasta la cintura y en silencio, rodeado de lacayos. Sin grandes soliloquios. Ni lágrimas en el lecho de muerte. Solo el golpeteo de vanas compresiones torácicas a un cuerpo que tal vez ya estaba muerto.

Brian Cox, que durante más de tres temporadas interpretó a Logan con una ferocidad leonina y mercurial, parecía tan sorprendido como cualquiera al enterarse de que su personaje estaba destinado a una muerte tan rápida. En una videollamada realizada la semana pasada desde su casa en el barrio neoyorquino de Brooklyn, describió cómo recibió la noticia del creador de la serie, Jesse Armstrong.

“Me llamó y me dijo: ‘Logan va a morir’”, contó Cox. “Y pensé: ‘Ah, está bien’. Pensé que moriría en el episodio siete u ocho, pero en el episodio tres, pensé… ‘Vaya, eso es algo pronto’”.

Y se rio. “No que me molestara”, añadió.

A sus 76 años, Cox también es un titán, aunque de otro tipo. Escocés de nacimiento y reputado actor de teatro shakesperiano, ha ganado dos premios Laurence Olivier y ha sido nombrado comandante de la Orden del Imperio británico. Por sus trabajos en pantalla ha ganado un premio Emmy (Nuremberg, 2001), un premio SAG del sindicato de actores (por Succession, que compartió con el reparto) y decenas de nominaciones más en Norteamérica y el Reino Unido.

Y, sin embargo, a una edad en la que muchos actores de éxito podrían sentirse tentados a disfrutar del brillo de sus trofeos, Cox se lanzó de cabeza al que se ha convertido en un papel emblemático de su carrera, de esos por los que desconocidos te paran en la calle y te ruegan que repitas una frase (en el caso de Cox, a menudo le piden que repita una frase que no se puede publicar aquí). Cuando no están aterrorizados, claro.

“La gente se pone muy nerviosa cuando viene a verme por primera vez porque piensan que soy Logan Roy, y no lo soy”, dice riendo. “Sencillamente, no soy ese tipo”.

En la conversación, Cox se mostró ciertamente más cálido y generoso, aunque igual de agudo con sus opiniones firmes y algunas groserías. Habló largo y tendido sobre la muerte de Logan, sobre los sentimientos complicados del personaje hacia sus hijos y sobre los errores de muchos actores que no entienden su profesión. A continuación, presentamos algunos fragmentos editados de la conversación.

Fue un final abrupto para un personaje tan titánico. ¿Qué opinas de la muerte de Logan?

Bueno, tenían que terminarlo de alguna manera, y fue la decisión de Jesse. Lo he dicho antes, y lo diré de nuevo, el problema con mucha de la televisión, sobre todo la estadounidense, es que excede su fecha de caducidad. Y lo bueno de Jesse y los guionistas es que no lo hicieron. Fue difícil para ellos porque no era fácil ponerle fin a este proyecto. Y creo que a Jesse le pareció algo triste; en el estreno, alguien gritó: “Si era algo tan triste, ¿por qué lo hiciste?”. Pero creo que hay muchas razones para que Jesse finalizara el proyecto. Y aplaudo el hecho de que lo hiciera. Fue valiente porque a todo el mundo le encanta la serie. Siempre hay que dejar la fiesta cuando está en su apogeo, no cuando está decayendo.

La despedida irlandesa es una tradición en mi familia, así que puedo respetar esa decisión

Creo que eso es lo que hace a la serie. Pensemos en Juego de tronos, cuando no sabían lo que estaban haciendo al final, tuvieron un final que no fue realmente satisfactorio. Y el público estaba furioso. La audiencia [de Succession] quizá esté furiosa; quizá extrañe a Logan y diga: “Ah, ¿cómo se te ocurre matar a uno de los personajes más interesantes?”. Pero creo que está bien. Estoy haciendo muchas otras cosas. Voy a volver al teatro. Espero dirigir mi primera película en mi vejez. Y voy a hacer Largo viaje hacia la noche en Londres [en la primavera de 2024]. Así que sé lo que voy a estar haciendo quizá hasta el próximo verano.

¿Qué opinas de la muerte de Logan como motor de la trama? Cambia de inmediato lo que está en juego, ¿no?

Sí cambia lo que está en juego. El personaje principal se ha ido. Y los hijos tienen que lidiar con eso, o no. Creo que el próximo episodio va a ser duro para muchos espectadores porque van a extrañar a Logan. Y no creo que eso sea algo malo, creo que en realidad es bastante bueno.

De todos modos, Logan estaba llegando a un punto de descanso. Se dio cuenta de que sus hijos nunca iban a ser… tiene esa gran frase de diálogo cuando dice: “Los quiero, pero ustedes no son gente seria”. Y creo que eso es fundamental. En realidad, toda la premisa es sobre sentirse con ciertos derechos y ser rico. Y las consecuencias de esa actitud son esos hijos y lo [grosería] que son, no necesariamente a causa de él, sino por la riqueza. Todos ellos sienten que, de una forma u otra, tienen ciertos derechos. Y se comportan como mocosos malcriados la mayor parte del tiempo.

Me gustó una de las escenas finales de Logan cuando veía a una persona sin hogar, buscando en la basura, y dijo que sus hijos deberían experimentar algo de eso.

Ahí es donde la escritura se vuelve genial, porque es muy fácil convertir a cualquiera en un villano. Pero estás viendo a un hombre que se hizo a sí mismo, que tomó ciertas decisiones que lo pusieron en un camino que no es muy agradable. Se volvió una persona muy inclinada a la derecha. Y la historia que hice para él, era que no empezó así. Creo que fue un periodista. Y probablemente tenía una gran ambición. Quería hacer las cosas bien, y todo le salió mal. Y entonces comenzó a tener hijos y no pudo lidiar con su comportamiento al saber lo difícil que fue construir todo lo que hizo, pero ellos no tenían ninguna noción de eso. Creo que esa es la profundidad de la serie; ahí es donde no solo se convierte en una sátira social, sino en un verdadero drama.

Sé que no eres un actor de método, pero cuando he hablado con esos actores y les toca interpretar personajes reprobables, me han dicho que para convertirse en esos personajes tienen que abordarlos sin juzgarlos y así logran encontrar su humanidad. Pero, en tu caso, no parece que tengas problemas para juzgar a Logan.

No lo juzgo en un sentido. Pero en otro sentido, sí lo juzgo. Creo que es extremadamente estúpido. Creo que cualquiera que se comporta de esa manera es extremadamente estúpido. Pero mi trabajo es mirar la naturaleza. Mi trabajo no es dar mi punto de vista, mi trabajo es decir: “Este es el hombre. Te guste o no, aquí está”. Y le infundiré todas las complejidades que todos tenemos. Así que sí, hago lo mismo.

El problema con el método es que… Creo que [actuar] es algo más ligero. Tienes que ser más hábil en tu actuación, seguir en eso, y estar muy comprometido. Pero tienes que poder salirte de eso con rapidez. Tienes que ser capaz de dejarlo y regresar a tu vida. De lo contrario, te conviertes en un estreñimiento ambulante.

¿Crees que hay bondad en Logan?

Ah, sí. Creo que hay mucha bondad en él. Creo que es muy poco comprendido. Creo que todo le salió terriblemente mal. Tenemos estos pequeños momentos de las cicatrices en la espalda, la historia de la madre, la hermana, la relación con el hermano, y son cosas sobre las que no se reflexiona mucho. Ahí es donde se convierte en un ser humano, porque está lleno de debilidades y de los problemas que todos tenemos en la cotidianeidad, y de todas las horribles decisiones que tomamos o dejamos de tomar.

Y eso es lo que hacemos [como actores]. Somos un reflejo, no somos el personaje. Creo que muchos actores no entienden eso. No entienden la responsabilidad de esa posición. Creen que se trata de decir: “Ah, simplemente me someto al personaje y luego lo vivo 24 horas al día, siete días a la semana”. Un problema real que tiene Estados Unidos —y creo que es también de lo que trata nuestra serie— es que este país solo está interesado en la búsqueda del individualismo a expensas de la comunidad. Si nos fijamos en el teatro europeo, todo gira en torno a la comunidad y los grupos que se han atrincherado se han mantenido año tras año. Estados Unidos no ha hecho eso. Es el conjunto, la comunidad, lo que es importante en cualquier proyecto en el que trabajemos como actores. Hay que crear la comunidad y responder a ella; no se trata de decir: “Tengo que hacer esto; solo yo puedo hacerlo así”.

Al [grosería] con eso. No debe ser así. Es una [grosería] tontería. Participa. Es un juego. Se trata de jugar. Es lo que hacen los niños. Los niños no piensan: “Bueno, yo soy este personaje y no puedo dejar de interpretarlo”. Tienen el instinto natural de jugar, y nos olvidamos de lo que es jugar. Lo siento, fin del sermón. [Risas].

Bueno, no es nada nuevo para los espectadores poder borrar esa distinción entre actor y personaje

Oh, sí. ¡Yo lo sufro!

Y he leído que los desconocidos te piden que les digas esa famosa grosería. ¿Conseguir un papel tan decisivo para tu carrera a estas alturas te parece un regalo? ¿O crees que te encasilla? ¿Qué sientes cuando los fans se te acercan en la calle?

La fuerza de la obra dramática es extraordinaria, y la necesidad de que la gente se identifique con ella, y alguien como Logan se ha convertido en un icono cultural. Pero te acostumbras a eso: he sido actor durante más de 60 años. He hecho un montón de grandes trabajos. [Succession] es un trabajo muy especial, me ha dado mucho, y estoy eternamente agradecido por eso. Pero es una parada más en el camino. Para mí, no es el destino. Eso puede estar mal. Es posible que me defina. Pero, a pesar de todo, seguiré adelante.


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